Es divertida por lo absorda que es la historia y el guion. Las situaciones parecen ser una parodia de películas policíacas mediante una fórmula básica de tener como protagonistas a dos personas completamente opuestas. La película funciona, es graciosa, es divertida pero no deja de ser una historia que puede ser para televisión.

Stuber, locos al volante, es la historia de Vic Manning, interpretado por el exluchador Dave Bautista, un policía que perdió a su compañera de trabajo mientras investigaba el tráfico de drogas, un caso que lo obsesiona. Meses después del trágico día, Vic decide operarse los ojos para mejorar su vista que le impide tener puntería para usar sus armas y ese día le dan las pistas para arrestar al traficante que asesinó a su compañera, por lo que tiene que pedir un Uber conducido por Stu, interpretado por Kumail Nanjanil, un tímido hombre que teme por declararle su amor a su mejor amiga en un día en el que podría ser clave para mejorar su relación. Stu y Vic se adentran en una aventura policíaca que se complicará por la falta de visión de Vic y las inseguridades de Stu.

La historia no tiene un sentido lógico, sabemos que es una parodia, que es una comedia, que los balazos y la acción solo son un pretexto y es obvio que Vic y Stu romperán leyes básicas de la lógica y la física.

La trama es predecible, por momentos está mal actuada y dirigida, hay escenas torpes y secuencias mal logradas. Pero es palomera y divertida, es la competencia en parodia de Rápidos y Furiosos 1 y 2.

Hablar de los errores de la película sería contarla por completo, solo podemos decir que Stuber es una película digna de un domingo por la noche en casa, en donde estás a punto de dormir y se requiere de una historia que no exija toda la atención.

Lo que sí se nota, es que es una primera prueba para presentar a una pareja que podría funcionar en comedias con guiones más complejos y mejor dirigidos.