Lourdes Maldonado (Luby, para sus amigos) fue asesinada hace un año, producto de una acción criminal, a pesar de que los tres órdenes de gobierno estaban advertidos de que ese hecho pudiera suceder y no pudieron o no quisieron contener.
La tristeza es infinita. La rabia y la impotencia también.En un abrir y cerrar de ojos se nos fue Lourdes Maldonado, amiga y hermana de la vida.
Recuerdo cuando la conocí: fue en el invierno de 1991, en un evento en la tercera sección de la colonia Obrera, habitada en su mayoría por personas de escasos recursos, provenientes del bello Estado de Oaxaca, principalmente de los pueblos mixteco y zapoteco. En ese tiempo Lourdes era reportera de Televisa.
Desde entonces entablamos una relación fraterna, sólida y de un gran cariño mutuo bien correspondido.
El contexto en el que se produce su asesinato tiene como una constante, la ineficiencia de los gobiernos y la complicidad de personeros gubernamentales con miembros del crimen organizado, sino es que algunos de ellos han sido integrantes o han tenido vínculos directos o financieros con los mismos.
Al día siguiente de la cruel muerte, el presidente dijo que no hiciéramos ninguna conjetura con respecto al móvil de este asesinato, pero al mismo tiempo con la palabrería que lo distingue, concluyó desde el púlpito mañanero, que no se vinculara en el crimen a su “hijo adoptivo” y presunto aportante financiero de sus campañas, -y peor exgobernador de Baja California-, pidiendo textualmente “no hacer politiquería con Jaime Bonilla en el asesinato de Lourdes Maldonado,” lo cual él hace desde el olimpo de las mañaneras.
Es de destacarse que la compañera Lourdes Maldonado, fue a pedirle al presidente de la república, precisamente en una mañanera, protección a su vida; y el estado mexicano fue incapaz de brindarle lo que solicitaba.
Si bien es claro que sin juicio alguno de por medio, no se puede señalar a un culpable, tampoco es posible hacer una exoneración pública de la única persona con la que Lourdes Maldonado había tenido una fuerte disputa, que había pasado de lo laboral al terreno político y económico. Después de ocho años de litigio, las autoridades habían determinado que Lourdes Maldonado, tendría acceso al control de toda la empresa “Primer Sistema de Noticias” (PSN) propiedad e Jaime Bonilla, cuestión que puso a temblar a éste.
Tiene razón el presidente, en cuanto a que no se puede acusar a nadie mientras no se realice la investigación correspondiente, pero tampoco se debe hacer lo que él hace, al tratar de exonerar por decreto a sus amigos o “aportantes” financieros. Un presidente tiene la mayor investidura en el país, y es altamente cuestionable que asuma el papel de comentarista, locutor de la radio o defensor oficioso de un posible implicado en un hecho delictivo, que costó la vida a una persona de gran valía social.
El homicidio de la periodista tijuanense se produjo cuatro días después de haber obtenido en su favor una resolución contundente en un litigio judicial contra Bonilla de más de ocho años, en donde la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje (JFCA) había determinado que la empresa de comunicación PSN, propiedad de Jaime Bonilla, fuese embargada y adjudicada cuando menos temporalmente a la demandante.
Este triunfo legal de la periodista asesinada lo obtuvo después de un juicio laboral, dado que Jaime Bonilla se había negado a cubrir los salarios que le adeudaba, a pesar de que ya existía una resolución favorable a Lourdes Maldonado, que Bonilla se había negado a cumplir, recurriendo a todo tipo de tácticas dilatorias, amparos y contrademandas, con tal de evadir su responsabilidad.
El 19 de enero de 2022, (cuatro días antes del asesinato de la periodista) la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje determinó que, ante la negación sistemática de Jaime Bonilla de cubrir los adeudos a la periodista, esta aparecería como depositaria interventora, lo que significaba que la empresa quedaría bajo su control y esta tendría acceso a todos los movimientos que venía realizando Bonilla en su empresa, a la que Lourdes Maldonado acusaba, entre otras cosas, que a los trabajadores les pagaba en efectivo, no con cheque, para que no tuvieran acceso a los derechos que cualquier trabajador mexicano tiene por ley.
De acuerdo a la periodista, los trabajadores no estaban afiliados al IMSS, no se les pagaban prestaciones, ni había una nómina oficial; se hablaba de extorsiones que desde esa estación realizaba el exgobernador, tanto a dependencias públicas de los tres órdenes de gobierno, como a empresas privadas, comercios y restaurantes, cuestionando, sobre todo, el papel que como estación pública había jugado en la política, en medio de enredos financieros, que el mismo Bonilla se ha encargado de hacer públicos.
El 26 de marzo de 2019, Lourdes Maldonado se presentó en palacio nacional y le expuso al presidente de la república su caso, manifestando en aquel momento que temía por su vida ante la influencia de Bonilla, quien, para entonces, era candidato a la gubernatura de Baja California y quien presumía tener una cercana amistad con el titular del poder ejecutivo, la cual utilizaba para solicitar dinero en su nombre.
La empresa de comunicación de Jaime Bonilla, estaba emplazada a cumplir -un día después al que ocurrió el asesinato de Lourdes Maldonado-, con todas las resoluciones judiciales en favor de la periodista, las que la facultaban a reportar a las autoridades correspondientes cualquier irregularidad detectada al interior de la empresa. Muchos pensamos que su muerte no fue coincidencia, sino una ventajosa, alevosa, y artera premeditación.
Al día siguiente del asesinato, en su conferencia mañanera, el presidente de la república no pidió un minuto de silencio en su memoria, tampoco le manifestó a la familia de la periodista asesinada sus condolencias; sin embargo, sí dedicó ese día y también en programas posteriores, oficiosos y amplios espacios de tiempo para exonerar a Bonilla, sin existir juicio de por medio, dejando claro que todo aquello que le reclame justicia y respeto al estado de derecho, es “politiquería”.
Defender lo indefendible con Bonilla, por parte del presidente López Obrador, pareciera convalidar en los hechos, las peroratas que el exgobernador de Baja California le comenta a todo aquel que se le acerca, al que le enseña los mensajes por WhatsApp que él dice, le mandó al presidente, donde le reclama el cumplimiento de favores millonarios, esto es, los millones de pesos que Bonilla dice haberle conseguido con sus amigos mafiosos a López Obrador, en los tiempos que éste andaba de capa caída.
¿Es por eso que el Presidente en público defendía tanto a Bonilla? o ¿es que el presidente tiene temor de que algún día se le ocurra divulgar de lo que hicieron juntos?; o ¿tiene temor de que haga públicas las tarjetas, que el presidente, de su puño y letra, le entregaba en mano a Jaime Bonilla, dando instrucciones para que éste realizara movimientos financieros con funcionarios públicos cercanos al en ese tiempo candidato?¿O tendrá temor de que, por la experiencia de Bonilla como informante del FBI, para grabar a funcionarios públicos, lo haya grabado y entregado dichas grabaciones al gobierno norteamericano? ¿Son estas situaciones las que explicarían la exoneración pública y sin investigación de por medio, que el presidente ha hecho de Bonilla, en el caso del asesinato de Lourdes Maldonado?
Otra actitud presidencial que expresa falta de congruencia, se produce cuando el presidente manifiesta su preocupación por los derechos humanos de Joaquín Guzmán Loera “El Chapo”, al considerar su solicitud de que su condena la cumpla en México. Esto contrasta diametralmente, con la petición que en su momento le hizo Lourdes Maldonado, quien viajó de Tijuana a México, para pedirle protección al presidente, diciéndole que temía por su vida y señaló puntualmente a Jaime Bonilla, como su potencial agresor.
Hoy Lourdes Maldonado está muerta y el asesino intelectual, el que le pagó a los sicarios confesos, anda libre ante la complicidad o la incompetencia gubernamental. Bonilla ni siquiera ha sido llamado a declarar, siendo el único actor con el cual Lourdes Maldonado mantenía una fuerte diferencia. El fuero, no lo exime de ser llamado a declarar.
La obligación del Presidente es garantizar el cumplimiento de la ley. Si bien atraparon a los asesinos materiales de Lourdes Maldonado, quienes confesaron que les pagaron por cometer tan cobarde asesinato, ¿cómo es posible justificar que a un año del asesinato el gobierno desconozca quién fue el autor intelectual que pagó a los sicarios?
¿Por qué el presidente afirma que no son iguales a los gobiernos anteriores, si en los hechos se actúa en muchos casos, de igual o de peor manera que el pasado que tanto se critica?
Es lamentable ver al presidente en la conferencia mañanera, cuando le preguntan sobre las posibles implicaciones de Bonilla en el caso de Lourdes Maldonado y, saliéndose por la tangente, contesta con un tema sobre la privatización educativa y el papel de Claudio X González. ¿Qué tiene que ver una cosa con la otra? Con todo respeto, él debería tener, como dice la jerga popular “más respeto pal pasaje”.
México requiere un presidente dedicado a gobernar para todos y en positivo los años que le quedan a su gobierno. Es necesario que deje de ver conspiraciones decimonónicas y haga acciones significativas que nos permitan, como país, el progreso, el desarrollo, la reconciliación nacional y la verdadera impartición de justicia, que en Baja California empieza, tope donde tope, por la captura del o los asesinos intelectuales de Lourdes Maldonado.
Se tiene conocimiento de una investigación que la SEDENA realizó con respecto al asesinato de Lourdes Maldonado; es pertinente que los resultados de ésta, fueran turnados a las autoridades correspondientes, o si ya fueron entregados, preguntar ¿Cuál es el motivo por el que no han procedido contra quienes participaron en el cruel suceso? Se ha llegado incluso a afirmar, que esa dependencia tiene el registro de las llamadas telefónicas, que en esos días realizaron quienes dieron las ordenes de cometer la acción criminal contra Lourdes Maldonado.
Según estas versiones, los mismos militares lo han platicado entre ellos y afirman conocer el nombre de los personajes que intervinieron. Es hora de que, con base en el marco legal en materia de justicia, se actúe de inmediato en contra de los criminales que dieron la orden. Este es un reclamo no sólo de quienes conocimos a Lourdes, sino de una sociedad cansada de la impunidad y la violencia.
Querida Luby: quiero decirte, que tu calidad humana, tu firmeza, tu talento y entrega, tu compañerismo y generosidad, además de tu valentía para informar los hechos cotidianos de una sociedad compleja, te han hecho insustituible.
Te recordamos como una gran periodista, gran amiga y compañera, siempre firme, siempre atenta y solidaria, fraterna, crítica y puntual. En mi caso te convertiste en una hermanita que la vida me compartió y no pararé hasta que se haga justicia. Por eso seguiremos exigiendo justicia hasta que quienes maquinaron tu muerte reciban el castigo que merecen.
Hasta Siempre Luby, te mando un abrazo con todo mi cariño de hermano y compañero de muchas luchas, hasta donde quiera que te encuentres, recordándote siempre, como aquel día que nos conocimos en una reunión del Pueblo Mixteco y Zapoteco que ya es parte de Tijuana.
Descansa en Paz hermanita, tu seguirás presente en cada acto, en cada lucha, en cada causa justa, tal como lo hiciste cuando la vida nos permitió caminar juntos o encontrarnos emocionados por cambiar las cosas injustas contra las cuales juntos luchamos.
Te quiero Luby y te mando un abrazo y un beso hasta donde te encuentres.
¡La lucha sigue hermanita!
Las opiniones expresadas en esta nota son responsabilidad de su autor y no representan el punto de vista de San Diego Red.
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