Tijuana

A Tijuana la distinguen su audacia y el valor de su gente: Martínez Veloz

“Ese presidente que hoy tenemos al frente de la titularidad del poder ejecutivo, como opositor tenía todas las respuestas, y ahora como presidente tiene todos los pretextos para no cumplir con lo que se comprometió” — JMV

A Tijuana la distinguen muchas cosas, pero quizá lo más importante sea su coraje, su espíritu combativo y las mil historias que la tiñen todos los días —las historias de nuestros padres, abuelos y vecinos que mucho antes de que naciéramos abandonaron sus afectos en otras latitudes del país y se decidieron por construir algo nuevo en esta esquina, Tierra fértil para los valerosos y nobles de corazón—, según cuenta en su discurso Jaime Martínez Veloz, candidato a una Diputación Federal por el Partido de la Revolución Democrática (PRD).

Para quienes desconocen el antecedente político de nuestra ciudad, es impresionante y digno de reconocimiento saber que en Tijuana —en esta pequeña gran ciudad tan lejana al centro del país— se dieron los primeros pasos hacia la democracia mexicana. Así lo atestigua la reforma electoral de 1996, un esfuerzo plural —diseñado sin egos ni prejuicios, sino más bien por la honra y dignidad del pueblo—, una reforma electoral donde participaron todos los partidos, pero la única bandera que se ondeó fue la de las y los mexicanos.

A la derecha, Alfonso Duarte; a la izquierda, Jaime Martínez Veloz; ambos candidatos a diputaciones federales.
A la derecha, Alfonso Duarte; a la izquierda, Jaime Martínez Veloz; ambos candidatos a diputaciones federales.

Con este contexto, Martínez Veloz declara que teníamos una democracia que no era perfecta, pero que se podía mejorar, y que fue creada con la colaboración de muchas personas, no un solo hombre. En su discurso nos cuenta que para la reforma electoral del 96, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) tenía la mayoría en ese momento y podría haber trabajado junto con el Partido Acción Nacional (PAN) para aprobar una reforma sin consultar a los demás partidos. Pero decidieron no hacerlo, porque creían firmemente que un asunto como este necesita el acuerdo de todas las fuerzas políticas, para reflejar verdaderamente las necesidades y anhelos de la sociedad.

Por mencionar lo absurdo del accionar político en la actualidad, basta con mencionar una curiosa analogía: en la votación de la reforma, había un total de 457 diputados presentes, de los cuales 454 votaron a favor. Sin embargo, es irónico notar que el mismo Andrés Manuel, quien en aquel entonces era un combatiente de la oposición, presentó como presidente una iniciativa para reformar 457 artículos en una sola noche, ¡el mismo número de personas presentes en el Congreso durante la votación de la reforma en 1996! Este hecho constituye, sin lugar a duda, un atentado contra los principios democráticos. En palabras de Martínez Veloz: “un atentado a la inteligencia”.

“La sociedad le había apostado [en 2018] a que a través de Andrés Manuel iba a haber un proyecto renovador, que se iba a fortalecer la democracia, que se iba a fortalecer el equilibrio de poderes… Pasó todo lo contrario.

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