Los momentos de angustia que viven los habitantes de Acapulco no encuentran tregua. Luego del paso del Huracán Otis, vienen los daños colaterales, la escasez de alimentos, viviendas destrozadas, civiles desaparecidos, otros más muertos.

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A siete días de que el huracán Otis golpeara el puerto de Acapulco, a marcha forzada y con el esfuerzo de los civiles, diversos establecimientos han intentado recomenzar y brindar servicio a los habitantes acapulqueños.

Sin embargo, en lugar de dar cierto alivio a los habitantes afectados, los establecimientos han sacado partida de la trágica situación que vive actualmente el puerto,inflando los precios de los productos de manera increíble.

Un taco al pastor, antes del paso del huracán, tenía un costo de 20 pesos; luego de la catástrofe, diversas taquerías lo ha comenzado a ofrecer al público cuatro veces más caro.

80 pesos por un taco al pastor en medio de una crisis que, según expertos, durará por lo menos un año en recuperarse.

En la taquería El Zorrito, se ofertan tres tacos y sin tortilla, por 150 pesos; la bebida cuesta 50 pesos. Los habitantes no tienen muchas opciones y se ven obligados a consumir para apaciguar el hambre. La botella de agua se vende entre 30 y 90 pesos.

Luego del paso del Huracán Otis, deviene la crisis humanitaria, que no solo abarca la escasez de alimentos, sino también, la del sentido común. Las imágenes de turbas de personas cometiendo actos vandálicos en tiendas y supermercados no difieren mucho de la actitud de los comerciantes que han buscado sacar provecho en un momento de crisis.

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