Este fin de semana, un hombre disfrazado de Darth Vader corrió una milla bajo el sofocante calor extremo del Valle de la Muerte (Death Valley) en California, Estados Unidos.

Para ello usa un pasamontañas, ropa interior térmica y camiseta de compresión, así como un disfraz del icónico villano de Star Wars con todo y casco.

Esto no es algo nuevo para el hombre inglés, ya que desde 1997, todos los años viaja hasta este punto para realizar su carrera personal. Los primeros años viajó desde su natal Inglaterra, hasta que se mudó a Estados Unidos, radicando actualmente en Nuevo México.

En 2010, recordó que varias escenas de la saga de Star Wars fueron filmadas en esta locación, por lo que desde ese entonces agregó el reto de correr disfrazado de Darth Vader, y llamó a esta odisea "El Valle de Darth" (Darth Valley).

Jon Rice, de 52 años, está consciente de lo que implica correr en condiciones tan extremas, por eso, entrena durante todo el año en un sauna que tiene en su casa realizando ejercicios a una temperatura de 65°C.

Esto aclimata su cuerpo para el calor en el Valle de la Muerte, el cual alcanzó una temperatura de 53.3°C mientras él corrió una milla (1.6 kilómetros) en aproximadamente 10 minutos.

Como una precaución adicional, Jon usa una ruta en la que pasen carros, por si llega a requerir ayuda.

Además, su esposa Laura Rice lo acompaña en las carreras, esperándolo al final con toallas frías, aire acondicionado y agua.

Bromea con su esposo antes de cada edición de Darth Valley pidiéndole que su testamento esté actualizado y recordándole dejarle cualquier número de teléfono importante.

Hago bromas porque no quiero que haga ninguna tontería que arriesgue su vida. Pero también sé que no lo hará.

Por su parte, para Jon Rice esta tradición es agotadora, es emocionante y también es -admitió Rice libremente-, increíblemente estúpida. Recordó que para correr en estas condiciones él realiza un entrenamiento especial.

No estoy de acuerdo con que nadie más haga esto. Ni siquiera estoy realmente de acuerdo conmigo haciendo esto, en particular.

Sin embargo, para él el riesgo de correr a tales temperaturas vale la pena. Está dispuesto a ser lastimado a cambio de la alegría que el proyecto trae a su vida y a la de los demás.

A lo largo de sus recorridos, ha notado que la gente se asoma por las ventanas de sus autos, y lo miran con asombro y diversión cuando pasan junto a él.

Simplemente pensé: ‘qué cosa tan fantástica, devolver un poco de asombro a la vida de alguien'. Me encantó la idea de que las personas tuvieran historias que contar cuando llegaran a casa.

Con información de The Washington Post, Excelsior y Milenio.

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