En Surat, en el estado de Gujarat, en la India, se encuentra la mayor producción de diamantes en el mundo, que desde 1901, con la llegada de cientos de migrantes del este de África, han pasado los días puliendo piedras preciosas.
En ese punto de la tierra vive Devanshi Sanghvi, la menor de ocho años de edad, que ha decidido rechazar una fortuna millonaria para convertirse en monja jainista; donde su única posesión será la ropa que lleve puesta y una escoba para barrer del suelo a los insectos que se encuentre en su camino. La menor se entregará a una doctrina que enseñan el desprecio de los bienes materiales y de las piedras preciosas.
Devanshi es la hija de Dhanesh Sanghvi, dueño de un negocio familiar de diamantes, evaluado en 60 millones de dólares, los cuales han sido rechazados por la menor, que ha decidido dedicar su vida a la estricta orden religiosa de la fe jainista.
Cientos de personas se congregaron para la celebración de Devanshi, que llegó al lugar del encuentro vestida con finas telas, joyas y una corona de diamantes, acompañada de sus padres y de monjes jainistas. Durante la ceremonia, un elefante arrastraba la carroza donde iba con su familia; la multitud alrededor arrojaba pétalos de flores y hombres con turbantes iban acompañando a la familia montados en camellos y bueyes.
Luego cuando finalizó el espectáculo, Devanshi se quitó las prendas que nunca más utilizará y las sustituyó por un sari blanco, que la cubrió hasta la cabeza y se sentó a lado de monjes jainistas de alto rango.
Desde ese instante la menor de ocho años renunciaba a todo lo que había vivido, su familia incluso, y su casa, a la que nunca más podrá volver.
El hecho sorprendente ha levantado todo tipo de comentarios alrededor de la India. Hay quienes refieren que Devanshi nació para dedicarse a la vida espiritual, justificando que desde que era una menor de dos años, pasaba su tiempo en largas oraciones y que nunca había tenido contacto con medios de comunicación modernos.
Otros arguyen que se trata de una violación a los derechos de los niños, sin embargo, sacerdotes y maestros de la India refieren que las leyes jurídicas no abarcan las leyes del espíritu. La Autoridad de la India ha preferido no intervenir, considerando que el culto de la personas es un tema sensible.
La religión Jainista es una de las más antiguas de la India cuyo centro no se encuentra en la adoración de ningún Dios, acaso porque no creen en ninguno, sino más bien, en la fuerza del autocontrol, la austeridad y la renuncia.
Devanshi Sanghvi pasará el resto de su vida, entre monjas y sacerdotes, buscando en la austeridad y el desapego de los bienes materiales, la realización de su espíritu, a pesar de las críticas haya desatado su decisión.
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