Es indudable que la historia del complejo Agua Caliente está íntimamente ligada a la historia de la ciudad de Tijuana. Hemos comentado en otras entregas que el crecimiento de Tijuana en sus inicios se dio en buena parte por la promulgación de la Ley Seca en Estados Unidos, esa que prohibió las bebidas alcohólicas y los juegos de azar durante la década de los 20s, sí, hace ya 100 años. Los hombres de negocios del país vecino voltearon a ver hacia las ciudades fronterizas de México para establecer sus negocios, el buen clima de Tijuana y la cercanía con Los Ángeles y las ciudades del sur de California hizo que aquí se abrieran varios bares, restaurantes, casinos y hasta un hipódromo, todos tenían clientes.
Para ese entonces Tijuana tenía muy poca población, pero empezaba a llegar gente de todo el país a establecerse aquí, había empleo y corría mucho dinero. Fue en el año de 1920 cuando enviaron del centro del país a Baja California al General Abelardo L. Rodríguez como comandante militar del Distrito Norte de la Baja California y someter a Esteban Cantú quien había desconocido al presidente interino de México, Adolfo de la Huerta, al poco tiempo nombraron Gobernador al General Rodríguez.
El 2 de junio de 1926, Abelardo L. Rodríguez adquirió de Alejandro Arguello, Albacea de la sucesión de Don Salvador Arguello una fracción de 243 hectáreas del Rancho Tijuana, incluyendo los manantiales de aguas sulfurosas de Agua Caliente. El General Rodríguez adquirió el permiso de parte del Gobierno Mexicano para explotar el referido balneario y se asoció con otras personas extranjeras para formar un complejo turístico, al que denominaron Agua Caliente, mismo que contemplaba el Casino para los juegos de mesa, el cual fue el mejor del mundo en esa época. Dentro del complejo que abrió sus puertas en 1928, se contaba además con un lujoso hotel, bungalows, restaurante, bar, alberca, fuentes (entre ellas la del Fauno), baños termales, un campo de golf de 9 hoyos –luego se ampliaría a 18-, canchas deportivas, espléndidos jardines y áreas arboladas, un minarete, galgodromo y una pista de aterrizaje para aviones, que es precisamente lo que hoy es el Blvd. Salinas, de ahí que esté tan recta la vialidad y la razón del nombre de la colonia, Aviación; después construyeron el hipódromo, en su actual ubicación (1929); también tuvo una estación de radio. El complejo Agua Caliente era todo un orgullo de la ciudad, de Baja California y del norte de México. Para los visitantes extranjeros era una especie de oasis con todas las comodidades, quedaban gratamente sorprendidos de todo lo que veían. Recuerden que los turistas también llegaban por tren, la estación estaba por donde hoy corre la prolongación del Paseo de los Héroes, justo frente a donde estaba la Escuela para Trabajadores #42, hoy Secundaria General número 23.
El proyecto del complejo Agua Caliente fue del Arq. Wayne Mc Allister y su esposa Corine, gustó mucho porque era una combinación de estilo misional californiano, mudéjar (morisco), hasta francés, estilo Luis XV y Art Deco, contaba con varias piezas de material firme que fueron referentes de la época y de la ciudad misma, pero hoy en día lo siguen siendo, tal es el caso de la torre de Agua Caliente, el Minarete, la Alberca y la fuente del Fauno.
La escultura original del fauno y del pez/dragón, que adornan la fuente fueron construidas en terracota (barro cocido), por la compañía estadounidense Gladding McBean en 1927, ubicada en Lincoln, en el norte de California, misma que sigue operando como lo ha hecho desde 1890. La fuente se colocó a la entrada del balneario, era la que recibía a los visitantes de esa parte del complejo. El “Dios Pan”, era un Fauno en la mitología griega, también estaba representado en pinturas al óleo y dorados mascarones en el salón de Oro del Casino, donde se recreaba la historia en que el Fauno perseguía a una hermosa ninfa de nombre Siringa.
Cuando el casino dejo de operar en 1937, por órdenes del entonces presidente de México, Lázaro Cárdenas, las instalaciones del complejo se descuidaron mucho, incluso un incendio acabo con una parte importante de las construcciones, que eran de madera. El fauno, pieza central de la fuente, fue destruido en un 90%, quizá por desconocimiento de su historia y origen. Otra razón pudiera ser porque los haya asustado un poco el Fauno, ya que al observar con detenimiento su figura, podrán percatarse que tiene patas de cabra y unos pequeños cuernos en la cabeza, pero esto es así, porque así son los faunos que provienen de la mitología.
Gracias al esfuerzo y patrocinio de varios tijuanenses de buena cepa, la fuente del Fauno está de regreso, ha sido rescatada y rehabilitada por Cecilia Trejo y Alejandro Loyo, expertos en restauración, con todo el apoyo del Patronato Pro Restauración del Fauno de Agua Caliente, A.C., encabezado por su presidente el profesor Flavio Ramos Martínez, Ignacio Ayala, Antonio Lara, Armando Ramos, Gabriel Gamboa, Francisco Esparza, Ricardo Fitch y otros personajes más.
Aunque faltan algunos detalles y todavía no se inaugura formalmente, visitar la fuente del Fauno es recomendable porque ahí se respira auténtica historia tijuanense. Estoy seguro que pronto habrá de convertirse en parte de la ruta de los sitios a visitar por parte de los tijuanenses y visitantes de la ciudad para que se tomen la foto. Además, punto de interés obligado para que nuestros niños y jóvenes conozcan, con lo que tendrán conocimiento de la información histórica de lo que fue el centro turístico Agua Caliente y, por tanto, un tema de conversación importante sobre Tijuana. No olviden que el ingreso es por el estacionamiento de la prepa federal, sobre la Avenida Rodolfo Sánchez Taboada, de la Zona Río, justo a un lado del SAMS.
Álvaro E. Montaño. Autor de “Welcome to Tijuana”.
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