Luego de casi 4 días de dudas, y Estados que oscilaban entre el azul y el rojo, por fin Joe Biden fue el vencedor de esta contienda presidencial. El día de ayer dio su discurso, que el mismo republicano y expresidente George Bush calificó de “patriótico”. Desde entonces, las felicitaciones no han de dejado de llegar.
No obstante, Biden no ha dejado sus tradiciones y, como lo hace cada domingo, asistió a misa a la iglesia Saint Joseph cerca de su casa en Wilmington, a donde su hija Ashley y su nieto Hunter lo acompañaron. Como es necesario el candidato electo dejó el lugar antes de terminar el servicio.
Lo anterior para no molestar a los feligreses, ya que actualmente es seguido por una serie de periodistas, además de seguridad. Luego de esto, visitó a las tumbas de sus dos hijos y primera esposa en un cementerio cercano a la iglesia.
Su primera esposa, Neilia y la hija menor que tuvo con ésta, murieron en una accidente de tránsito en 1972, en el accidente también estuvieron sus otros dos hijos, Beau y Hunter, quienes resultaron lesionados. No obstante, años más tarde Beau, que había seguido los pasos de su padre en la política, murió causa de cáncer de cerebro.
Los que son cercanos a Biden, dicen que estas tragedias en su vida le han forjado un carácter compasivo y empático y creen que estas características lo harán un buen presidente.
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