Los organizadores del Baja Beach Fest de este fin de semana en Rosarito, tenían un objetivo claro en mente para su segundo evento anual: que el público tuviera por el mismo boleto a Bad Bunny y Ozuna, dos superestrellas puertorriqueñas que se encuentran en el punto más alto de su carrera.
"Ambos piensan que son los más grandes" dijo Chris Den Uijl, cofundador del festival de música junto a Aaron Ampudia, de apenas 26. "Así que los dos tocaron juntos, ese fue el desafío que nos planteamos."
Y ya vimos el resultado: fue un espectáculo de entradas agotadas. Ozuna y Bad Bunny fueron parte de las dos docenas de actos programados entre viernes y sábado en ésa ciudad costera, a 30 minutos al sur de la frontera. Se llevó a cabo en una parcela de arena blanca cerca de Papas & Beer, la popular discoteca de Rosarito propiedad de la familia de Ampudia.
Baja Beach Fest tuvo también la presencia de J Balvin , Nicky Jam y Becky G. En su conjunto, la alineación ofreció un show impresionante, una gran muestra de sus estilos que se incluyen dentro del reguetón y el tramp latino, reconocidos como urbanos .
"He estado esperando el Baja Beach Fest durante semanas" dijo Balvin a LA Times. "Es realmente emocionante ver un festival en México completamente dedicado a la música urbana."
Sin embargo, las aspiraciones de Ampudia y Den Uijl van más allá de la música. Al traer a 30,000 personas a la playa de Rosarito, que hace décadas lo hacía solo con la presencia de vacacionistas de Hollywood como Orson Welles o Marilyn Monroe, buscan demostrar a los estadounidenses que Baja California sigue siendo un destino de viaje confiable, no la estación caótica representada a través de los carteles de la droga o la llamada caravana de migrantes de América Central.
"Estamos tratando de abrir los ojos de las personas y vencer el discurso que manejan los medios sobre lo salvaje que es este lugar" dijo Den Uijl, quien estimó que el 90% de los compradores de las entradas al festival vinieron de los Estados Unidos. "El hecho de que se agotaron en tres días muestra que nuestra audiencia piensa que es seguro."
Sin embargo, muchos se han mantenido alejados de esta ciudad bañada por el sol, donde el director James Cameron construyó una réplica del Titanic para crear su éxito de 1997. Los lugareños reconocen que el negocio turístico de Baja California, vinculado al y los mariscos y a su edad legal para beber, se ha desplomado en los últimos meses especialmente después del cierre temporal, en noviembre, del cruce fronterizo de San Ysidro, donde los agentes de la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos lanzaron gas a los migrantes que habían asaltado la zona.
"El final del año pasado fue muy difícil", dijo Ricardo Argiles, director ejecutivo del Rosarito Beach Hotel, ubicado justo en la costa de Papas & Beer. La ocupación en el establecimiento, histórico y conocido por albergar a Rita Hayworth, cayó dramáticamente. Dijo "incluso para los estándares de la temporada baja de la ciudad."
Pero Ampudia, originario de Baja California, insistió en que la percepción de amenaza por violencia, alimentada en parte por los comentarios incendiarios del presidente Trump sobre los mexicanos, no es acorde con la realidad.
"Por supuesto, si vas a un mal lugar, será malo", dijo. "Pero cuando vas a una ciudad que vive del turismo, lo más probable es que estés bien a menos que estés buscando problemas."
Él y el equipo del Baja Beach Fest utilizaron las redes sociales para enfatizar ese mensaje. Hay señales de está impactando positivamente. Argiles, quien dirige una asociación local de propietarios de hoteles, comentó que todas las habitaciones en Rosarito se reservaron este fin de semana. La demanda obligó a algunos visitantes a buscar alojamiento en las cercanías de Tijuana y Ensenada.
*Vía LA Times-Traducción del staff de San Diego Red.
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