Un tipo de cáncer contagioso amenaza de extinción al demonio de Tasmania, pero este marsupial muestra signos de adaptación esperanzadores para su supervivencia.
Una especie tarda normalmente milenios en evolucionar. Pero los demonios de las montañas de esta isla situada en la costa sur de Australia, frente a Melbourne, experimentaron cambios cruciales en tan sólo unas décadas.
Este marsupial denominado diablo o demonio de Tasmania, nocturno carnívoro y de pelaje negro, conocido por desprender un fuerte olor cuando se estresa, sufre desde 1996 una enfermedad: el cáncer facial transmisible del Demonio de Tasmania, mortal en casi el 100% de los casos y que diezmó al 85% de la población.
Esta enfermedad es contagiosa a través de las mordeduras entre demonios de Tasmania cuando se aparean o pelean.
Los animales mueren sobre todo de hambre cuando el tumor afecta a la boca, impidiéndoles alimentarse.
Los investigadores constataron que este mamífero, cuya población actual oscila entre 15.000 y 18.000 ejemplares, está defendiéndose y aprecian las primeras señales de reacción inmunitaria.
La enfermedad sigue siendo casi siempre mortal y los científicos estudian la aparición de una posible segunda cepa. Pero se ha detectado por primera vez la presencia de anticuerpos en estos animales y más de dos decenas de diablos superaron la enfermedad.
“El riesgo de extinción sigue existiendo”, insiste Chris Coupland. Cita, no obstante, evoluciones alentadoras como por ejemplo que los diablos comienzan a procrear antes y que las hembras están en celo más de una vez al año, probablemente porque se reduce la población.
Nota publicada originalmente en Noticias MVS
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