En el tema del sobrepeso, la cena se coloca como un punto determinante del problema, ya que generalmente es al final del día que las personas tienden a comer, mucho, para ir directamente a la cama.
Cenar pronto daría como resultado un tiempo que permitiría al organismo la digestión y quema calórica de lo consumido.
De acuerdo a la crononutricion, consumir una cantidad grande de alimentos por las noches complica el procesamiento de los alimentos en el organismo, lo que puede llevar a las personas a padecer intolerancia, mayor riesgo de diabetes… y mayor ganancia de peso.
Por eso, lejos de recomendar una dieta estricta de alimentos, se recomienda ser inteligente con los horarios de las comidas del día.
Esta situación se refleja más en los hombres, más propensos a los excesos gracias a las “hormonas de hambre”, las cuales se elevan por las noches. Por el contrario, las de saciedad disminuyen dando paso al abuso de alimentos.
Además, el estrés en la persona puede aumentar la cantidad de hormonas del apetito.
Cenar temprano beneficia la disminución de sobrepeso. Un estudio llevado a cabo por el Instituto de Salud Global de Barcelona y publicado el pasado año 2018 en la revista International Journal of Cancer, revela que además se contrarresta el riesgo de padecer cáncer de mama o próstata.
El estudio comprobó que las personas que cenaban antes de las 21 hrs. y que dejaban un periodo de dos horas entre su cena y la hora de acostase, reducía la capacidad de alguna de estas enfermedades.
Esto hace que aquellas palabras de “cena poco y vivirás más” o “cena al menos do horas antes de dormir” de nuestras abuelas, pueda ser un camino para una mejor salud.
editorial@sandiegored.com
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