Desde el triunfo inegable y aplastador de AMLO y su partido Morena en las elecciones del primero de julio, el actual gobierno en turno encabezado por Enrique Peña Nieto parece estar completamente ausente, en un hecho sin precedente Obrador da signos de ya estar gobernando el país sin haber tomado protesta aún.

Conferencias matutinas, motocicletas con periodistas persiguiéndolo a dónde va, los acuerdos con los empresarios, las iniciativas que mandará al Congreso dominado por su partido, el furor en las calles, el precio del dóolar a la baja, la reunión con altos funcionarios estadounidenses y un posible arreglo sobre el TLCAN.

Parece que el gobierno de EPN ha sido rebasado ya por completo, o se ha retraído de forma intencional dándole libre espacio a AMLO y dejando toda la atención en el tabasqueño.

Analistas coinciden en que por un lado las acciones y protagonismo de AMLO envían buenas señales sin embargo también parece estar arrancando antes de tiempo y el desgaste también se puede adelantar.

Ya hay quienes le exigen que las promesas las cumpla cuando aún no ha tomado protesta.

Una vez que asuma el poder constitucionalmente habrá que dar tiempo a que las cosas se pongan en marcha y exigir , allí sí, pero como sociedad responsable y conocedora de que los retos de un país tampoco se logran cristalizar en un dos por tres.

Una cosa son las campañas donde prácticamente vale de todo, eso lo sabe el propio Andrés Manuel, por ello en algunas cuestiones como en el del precio de los combustibles ya aceptó que una reducción en el precio vendría a partir de su tercer año de gobierno.

Si bien el candidato ganador no tendrá una gran oposición en el Congreso, sí va a contar (o debería) con una sociedad vigilante, esa misma que le dio toda su confianza en las urnas.

Ahora ese rol le toca a la sociedad mexicana, Morena será el partido hegemónico, regresamos a esos días, la diferencia es que ésta hegemonía la eligió el pueblo democraticamente, es pues, responsabilidad de los ciudadanos.

Lo que se puede adelantar es que de esto podría salir otra transformación, una que de plano opaque a los partidos políticos y convoque a los ciudadanos de a pie a ser más participativos y lanzarse a asumir responsabilidades en un gobierno mucho más alejado de las tradiciones partidistas. Vigilemos y seamos contrapeso responsable y coadyuvante también.

oscar.vallejo@sandiegored.com