Hace aproximadamente 17 años, Reed Hastings, un empresario conocido por fundar una compañía creadora de software de apoyo, Pure Software, contaba con un pequeño proyecto entre manos: un servicio de membresía de películas y series llamado Netflix. Debido al potencial que Hastings veía en su nueva compañía, decidió ofrecer una participación mayoritaria al entonces líder del negocio, Blockbuster por tan solo $50 millones de USD: sin embargo, John Antioco, CEO de esta segunda empresa, decidió rechazar la oferta, ya que consideraba que este concepto solo sería atractivo "para cierto mercado".

Los años pasaron y, lamentablemente, Blockbuster fue decayendo poco a poco: debido a servicios de renta en línea, competidores y la extremadamente popular plataforma de streaming que logró crear Netflix, a partir de 2010 cientos y cientos de tiendas Blockbuster empezaron a cerrar alrededor del mundo. Sin embargo, todavía existe un sitio que se resiste, hasta cierto punto, al dominio de Netflix: Alaska, estado donde se encuentran 6 de las 10 tiendas restantes en territorio estadounidense.

Debido a la escasez o alto costo de las conexiones de Internet en este estado, las tiendas Blockbuster siguen siendo el destino de preferencia para aquellas personas que quieran disfrutar de las películas y series que llegan al mercado. Aunque todavía existen múltiples tiendas de Blockbuster alrededor del mundo, el cierre abrupto de cientos y cientos de tiendas llevó a gran parte del Internet a creer que estas tiendas eran cosa del pasado... sin embargo, esto nos deja claro que, si hay determinadas condiciones en un territorio, todavía hay espacio para franquicias como Blockbuster.

Nota directa de Qore