El desarrollo constante del Valle de Guadalupe es, sin duda, impresionante. Los complejos vinícolas se han consolidado, ganando popularidad entre turistas locales y nacionales que viajan, única y exclusivamente, para conocer los atributos gastronómicos y enológicos de la zona.

Mucho se habla de ellos, pero aún con este avance, a veces se tiene la sensación de que siempre es lo mismo; las mismas vinícolas, los mismos premiados y reconocidos restaurantes, llegándonos a cuestionar ¿Qué más hay en el Valle?

La respuesta la encontramos hace un par de semanas.

No hace más de dos meses abrió una nueva propuesta culinaria en el Valle de Guadalupe que, como la mayoría, se encuentra sustentada por una casa vinícola. Nos referimos al Restaurante Fauna, ubicado dentro de la Vinícola Bruma.

Denominarlo "único" sería mantenerlo en la línea de lo básico. La palabra ya es muy usada. Dentro de este lugar, la magia existe y aquí el regreso a las raíces culinarias persiste, los ingredientes de la tierra pasan por un proceso de experimentación, de "diversión", creando platillos de sensaciones.

El reconfortante restaurante ha seguido con la línea arquitectónica de la vinícola. Entre su construcción vemos madera reciclada, su cocina abierta, los geométricos azulejos que sobresalen de sus paredes y ese contacto casi obligado con el entorno natural del lugar, que avivan la experiencia.

Pero es justo en su cocina donde la vemos la originalidad y creatividad del lugar. Detrás de este "menú experimental", la sólida propuesta del restaurante, se encuentra la creatividad de un equipo de trabajo al mando del joven Chef David Castro Hussong, quien a su corta edad de 27 años, ha sumado gran experiencia que ve reflejada en el menú.

"Nuestro concepto consiste en pedir disculpas antes de mostrar el menú, ya que al ser un menú experimental, nunca sabemos que terminaremos por cocinar; es el momento en el que empezamos a divertirnos, a jugar con los ingredientes y sacar algunos que tenemos guardados", dijo.

Fue así como comprobamos, que en efecto, en el menú experimental, nunca sabremos qué esperar.

Uno a uno fueron llegando los platillos, propuestas que rozan desde la tradicional cocina mexicana —como la llamó el Chef— con vegetales entre nopales, pepinos, lechugas de un huerto propio pasando por productos frescos del mar, tortillas de maíz de Oaxaca, hasta la fusión de cocinas asiáticas y alemanas, intervenciones inevitables por la descendencia del Chef.

Prepárense para llevar a su paladar una aventura de sabores, de productos que dentro de sus sencillez toman la fuerza necesaria para explotar sus atributos.

Su arraigo cultural y el legado de su familia, una de las más conocidas en Ensenada; los Hussong, han influido en sus platillos. Recuerda cómo su abuelo alemán comía las tortillas de harina preparadas por su abuela originaria de Sonora.

Aunque no tenía planes de regresar al Valle, después de trabajar por varios países del mundo en restaurantes altamente consagrados, David Castro Hussong, aceptó el reto por tratarse de un proyecto donde uno de sus objetivos era divertirse haciendo lo que le gusta; no querían un restaurante aburrido y eso lo convenció.

Solo unas cuantas semanas han pasado desde su apertura y los comentarios positivos han invadido los muros de sus redes sociales, despertando ya la curiosidad del turismo.

El Valle de Guadalupe es un zona relativamente joven, por lo que se encuentra consolidando su identidad a raíz de los proyectos, que como Fauna, aportan a la nueva definición y transformación del mismo, entre los vitivinicultores, los chefs y los visitantes.

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