En un inicio consideré titular esta entrega “Recuento 2022”, porque, como dice la canción: “Yo no olvido al año viejo…Porque me ha dejado cosas muy buenas…Me dejó cosas buenas, cosas muy bonitas”. En lo particular, este ha sido un año muy bondadoso y generoso conmigo. Han sido grandes experiencias y duros aprendizajes. Sin embargo, me atrevo a asegurar que, para los mexicanos, la balanza está desequilibrada y no precisamente del lado positivo.
Al presidente López Obrador sólo le restan 21 meses de gobierno. Por eso, las “corcholatas” ya empezaron a desesperarse y hacer sus jugadas. En el caso de Claudia Sheinbaum, tiene a un operador que le sabe a la marrullería electorera, su flamante coordinador general de Relaciones Institucionales. Un exlegislador tijuanense que comenzó en el Partido Revolucionario Institucional (PRI), luego tocó la puerta del Partido de la Revolución Democrática (PRD), terminó en el Partido del Trabajo (PT), y ahora se jura y perjura morenista de cepa.
En el otro lado del tablero, Marcelo Ebrard, como diría don José Alfredo Jiménez: está que se va, y se va, y se va, y se va, y se va, y se va, y no se ha ido. Además, recientemente Andrés Manuel le habló bonito, le endulzó el oído y, al mismo tiempo, lo enfrascó en una fricción diplomática con Perú. El cuento de nunca acabar. Marcelo se emociona, confía y cede. Esperemos que haya aprendido bien de su maestro Manuel Camacho Solís, además de los aciertos, también los errores, como haber bajado la guardia durante la sucesión presidencial de 1993-1994.
Ricardo Monreal tardó mucho en mover sus piezas. Le salieron los espolones, aunque muy tarde. Quiso estirar demasiado la liga y la reventó, tanto que la propia oposición, así como el sector empresarial, prácticamente le ha dicho ya: “gracias por participar”. Esos son los resquicios que deja la tibieza al momento de las definiciones.
Todo parece indicar que la oposición contenderá dividida: por un lado, el PAN, PRI y PRD; y, por su propio carril, Movimiento Ciudadano (MC). Aunque la coalición entre los tres partidos más antiguos no es una garantía, pues Alejandro Moreno Cárdenas, mejor conocido como Alito, continúa resquebrajando al PRI. Bien dicen que, si quieres aniquilar con un organismo sólido, debes hacerlo desde adentro. Partido en el cual, dicho sea de paso, varios personajes destacados han levantado la mano: Beatriz Paredes, Claudia Ruiz Massieu, Ildefonso Guajardo y Enrique de la Madrid.
Por el PAN: Margarita Zavala, Lilly Téllez, Ricardo Anaya y Santiago Creel. El PRD adoptó al morenista zacatecano y a exsecretario de Gobernación de Vicente Fox, dado que no tiene gallos propios. En otra ala, mientras el MC empuja a Luis Donaldo Colosio Riojas, Samuel García dijo que siempre sí quiere la candidatura.
Volviendo al PRI, ¿cuál es su relevancia electoral en estos momentos? Que el próximo año sólo se disputarán dos gubernaturas: Coahuila de Zaragoza y Estado de México, hasta ahora, bastiones del tricolor. Sin duda, estas dos gubernaturas inclinarán la balanza, por algo la propia jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, está tan preocupada y atenta a dichas elecciones locales.
De acuerdo con la autoridad electoral, al 9 de diciembre anterior, la población registrada en el listado nominal a nivel nacional ascendía a 95,135,923 divididos en 52% de mujeres y 48% de varones. De los cuales, más de dos millones de votantes se concentran en Coahuila y alrededor de 12.5 millones de electores en el Estado de México. ¿Cuál es el panorama político para 2023? Si las condiciones no varían y las tendencias se mantienen, MORENA habrá de agregar dos entidades federativas más a su repertorio. Mientras tanto, la intriga, los puntapiés y zancadillas estarán a la orden del día entre tirios y troyanos.
Post scriptum: “Confía en el tiempo, que suele dar dulces salidas a muchas amargas dificultades”, Miguel de Cervantes Saavedra.
El autor es escritor, catedrático, doctor en Derecho Electoral y asociado del Instituto Nacional de Administración Pública (INAP).
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