Abraham Mendieta defiende el nuevo consejo asesor de AMLO, integrado por algunos de los hombres más ricos y controversiales de México. Con esta colaboración, Abraham continúa su filosa columna en San Diego Red.
Hace tan solo unos días, nos despertamos con la noticia de un consejo asesor en materia económica en el que están integrados los grandes empresarios del país, especialmente aquellos tradicionalmente cercanos a otros intereses políticos.
Siempre se dice que en política, más que sorpresas, hay sorprendidos, y aunque esta frase tiene un elemento profundamente “racional” que la política y sus derivados psicoanalíticos no siempre cumplen, aplica ahora perfectamente.
¿A quién puede sorprenderle el intento de Andrés de escuchar a ese poder económico al que promete separar del poder político?
Todas las grandes decisiones que el presidente electo ha tenido que tomar han tenido dos procesos hasta ser definidas: primero un momento de trabajo y convencimiento social, para que su idea permee puerta por puerta, casa por casa, municipio por municipio, y en segundo lugar, cierto elemento de negociación o ratificación popular (conformación de consejos, referéndums, ruedas de prensa conjuntas, “fichajes” políticos).
Estamos ante el mismo Andrés Manuel que negociaba con el sector privado para construir un segundo piso con una parte abierta y otra privada, ante el mismo Andrés Manuel que sin renunciar a su promesa de integrar a millones de jóvenes al mercado laboral, negocia con las grandes empresas para que absorban esa mano de obra.
Estamos ante el Andrés Manuel de siempre, el único que hay: el que primero calienta y después negocia, consiguiendo que se hagan las cosas que alguien dijo que no podían ocurrir.
El problema de las grandes fortunas no es su dinero, es su carácter oligarca: su comportamiento imperioso.
En la conformación de un cauce amable y oficial de diálogo, en el que sean escuchados pero donde nunca más puedan imponer su voluntad, estos comienzan a encontrar su hueco en la rearticulación del nuevo régimen político e institucional.
La clave final, más que separar al poder económico del poder político (primer paso para profundización democrática del país) es constituir lo económico como un espacio más de lo social, y no como un poder, en tanto los poderes tienen que ser legítimos y democráticos: como lo son el legislativo, el ejecutivo y el judicial.
Y como el mediático y el económico nunca debieron ser.
La misma oposición que le pide a Andrés que no se aísle, lo ataca cuando se acerca a los empresarios para conocer sus opiniones. Ojalá un programa social para acompañarles en su bipolaridad.
— Abraham Mendieta (@abrahamendieta) November 16, 2018
Abraham es Politólogo y cursó la Maestría en Política Mediática por la Complutense de Madrid. Fue miembro del Equipo de Campaña Presidencial de Podemos en España y trabajó con Morena en campañas federales. Actualmente es director del Instituto Madrileño de Comunicación Política y consultor parlamentario de Morena.
Twitter: @abrahamendieta
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