Su arrogancia no lo deja ver más allá de la pared que tiene enfrente.

Su menosprecio por lo verdaderamente importante es indignante.

Su forma de pensar corresponde al de un ratón asustado y no a la de un león hambriento.

Sus palabras dan pena y dejan entrever que es un hombre temeroso de enfrentar grandes retos, de saltar obstáculos, de dar el paso que lo haría subir a un peldaño superior.

Ricardo "Tuca" Ferretti debería estar avergonzado de las declaraciones que hizo en el sentido de que enfrentará los partidos de la Copa Libertadores de América con jugadores suplentes.

El director técnico de los Tigres, actual campeón del futbol mexicano, dijo que prefiere darle más importancia al torneo mexicano que al evento de clubes más antiguo del mundo y el de más relevancia en nuestro continente.

El Tuca debe recordar, en primer lugar, que los equipos mexicanos están en calidad de invitados a la Copa Libertadores y no es obligación de la Conmebol admitir equipos aztecas en este torneo.

Con sus declaraciones, Ferretti desdeña una justa que le otorga al ganador el prestigio de ser considerado el mejor equipo de América pero al parecer eso le parece muy poca cosa al brasileño.

Ferretti ha hecho fama y fortuna jugando y dirigiendo equipos mexicanos, fuera de México ni quién lo conozca.

La Copa Libertadores es una gran oportunidad para que el mundo del futbol se entere de que el Tuca existe.

Por el contrario, Ferretti prefiere esconderse en el anonimato del futbol mexicano en lugar de aceptar nuevos retos.

No hay que olvidar que el año pasado Ferretti se autodescartó como entrenador para la selección mexicana de futbol aduciendo desorganización dentro de seno del Tri, pero la realidad es que el brasileño le tuvo miedo a la presión y responsabilidad que conlleva el puesto.

Jugar con jóvenes inexpertos la Copa Libertadores es un escudo que Ferretti utilizará para protegerse de las críticas al fracaso que le espera.

El Tuca es el hombre que acuñó la frase "partidos moleros", al referirse a las selecciones de poca calidad que enfrentan al Tri y cuyo única finalidad es sacarle dinero a los aficionados que asisten a los estadios a ver este tipo de encuentros.

Ahora que tenía la gran oportunidad de jugar contra equipos sudamericanos de gran calidad, Ferretti rehúye al reto y prefiere los "partidos moleros" del campeonato mexicano a los duelos contra escuadras legendarias continentales.

La Conmebol (órgano rector del futbol en Sudamérica) debería tomar cartas en el asunto y exigir a los equipos mexicanos a jugar los partidos de la Libertadores con sus mejores hombres.

Si el Tuca no toma en serio la Copa Libertadores, y otros equipos mexicanos siguen su ejemplo, la Conmebol debería rescindir la invitación a los conjuntos aztecas por despreciar tan prestigioso torneo.

No me imagino a Alex Ferguson, a José Mourinho o Pep Guardiola declarando: "La Champions la vamos a jugar con suplentes".

Claro que no, esos entrenadores sí tienen mentalidad ganadora, Ferguson, Mourinho y Guardiola ponen a sus titulares en todos y cada uno de los torneos en los que se disputa un título.

Esa es la gran diferencia entre el Tuca y estrategas ganadores y reconocidos a nivel internacional.

Simple y sencillamente, Ferretti es un hombre que se conforma con ser tuerto en el reino de ciegos.

Abraham Nudelstejer es columnista de Enlace, el semanario en español de U-T San Diego. editorial@mienlace.com