En marzo pasado un futbolista fue arrestado y tuvo que pagar una fuerte multa por haber pateado a una lechuza.

En esa ocasión, el panameño Luis Moreno, que juega para el equipo Deportivo Pereira de Colombia, se ganó el repudio internacional cuando un video mostró el momento en que agredió al animal que inocentemente se posó en el césped de la cancha.

Un día después del incidente la desdichada lechuza murió, por lo que la policía de Barranquilla le extendió a Moreno una orden para que se presentara a un juzgado.

El futbolista aceptó su responsabilidad y compareció ante las autoridades quienes le formalizaron cargos de crueldad en contra de los animales.

El jugador fue castigado con una multa y su equipo lo suspendió dos partidos.

El sábado 6 de agosto, el director técnico de la selección de Colombia, Hernán Darío Gómez, golpeó a su pareja sentimental a las afueras de un centro nocturno en la ciudad de Bogotá.

En esta ocasión no existe un video que muestre la deleznable acción del entrenador de futbol.

A pesar de no existir evidencia gráfica del evento, Gómez aceptó haber golpeado a su pareja.

A diferencia del caso de la lechuza, el agresor no fue arrestado, no fue consignado ante las autoridades y no recibió una multa por haber agredido a una mujer.

Tras conocerse el caso, Gómez fue objeto de una gran presión por parte de los medios de comunicación, los patrocinadores de la selección colombiana y los federativos de ese país.

Finalmente, "El Bolillo" como se le conoce en el mundo del futbol a Gómez, se vio obligado a renunciar a su cargo.

El viernes 12 de agosto, los jugadores de la selección cafetera salieron en defensa del entrenador pidiendo a la Federación Colombiana de Futbol que no acepte la renuncia de Gómez.

"Respaldamos de manera incondicional a nuestro amigo, a nuestro compañero, a nuestro director técnico Hernán Darío Gómez. Tiene una carrera intachable", dice la carta de los futbolistas colombianos.

"Gómez siempre fue un modelo a seguir por todos nosotros además de ser un amigo, un ser humano maravilloso, a quien respetamos y valoramos como debe ser, con sus bondades y sus defectos", se lee en el documento.

Es curioso observar la reacción airada de la sociedad en eventos un tanto triviales como lo es patear a una lechuza, y los sentimientos de compasión hacia un hombre que cometió una acción reprobable a todas luces.

Los federativos colombianos están considerando restituir al "Bolillo" en su cargo, y si eso sucede, será una afrenta al pueblo colombiano.

¿Si el patear a una lechuza conlleva una sanción económica, detención policial y presentación en juzgado, por qué el pegarle a una mujer no conlleva las mismas consecuencias?

Éste es un claro ejemplo de por qué mucha gente ha dejado de creer en la justicia institucional y prefieren tomar la ley en sus propias manos.

Es inconcebible que los códigos de conducta del país en donde ocurrieron los dos eventos, el de la lechuza y el de la mujer golpeada, castigue de una manera más severa al que lastimó a un animal que al que agredió a un ser humano.

Gómez, un hombre querido y respetado en su país, venía haciendo un buen trabajo con la selección colombiana.

El estratega ganó fama y fortuna cuando en 2002 logró calificar, por primera vez en su historia, a la selección de Ecuador a un Mundial de futbol.

A partir de ese momento, Hernán Darío Gómez se convirtió en sinónimo de éxito y orgullo colombiano, y es precisamente por esa razón, que al señor que golpeó a su mujer no se le puede otorgar el honor de representar a su nación, a sus colores y a su bandera en el extranjero.

No, al regreso de "El Bolillo".

Abraham Nudelstejer es columnista de Enlace, el Semanario en español de SanDiegored.com