En una fría noche otoñal de luna menguante, Sonata Arctica ofreció en Tijuana el último concierto de un muy activo 2024. Durante todo el año giraron por el mundo entero para promocionar su nuevo álbum Clear Cold Beyond y luego de recorrer un sinfín de festivales europeos, eligieron Tijuana para dar el cerrojazo.
Su gira mexicana incluyó seis ciudades y concluyó el domingo 17 de noviembre en el Black Box de Avenida Revolución que vibró en una noche de puro power metal energético y virtuoso.
Formados en la pequeña ciudad portuaria de Kemi, en plena Laponia, Sonata Arctica son hijos de la Finlandia profunda. Su pueblo natal se ubica a más de 700 kilómetros de la capital, Helsinki, pero a menos de 100 kilómetros del Círculo Polar Ártico. Finlandia es el país con más bandas de Metal por habitante en todo el planeta.
Según el censo hay 5 millones y medio de finlandeses y da la impresión de que cada uno de ellos estudió en el conservatorio, es amante del vodka, posee un espíritu taciturno e introvertido y toca en una, dos o tres bandas de Metal. Sonata Arctica es una de ellas.
En la tierra de Santa Claus sobran los bebedores silenciosos, los suicidas sin aspavientos y los músicos virtuosos. Sonata Arctica hace gala de su virtuosismo fusionando su guitarra neoclásica de típica escuela Yngwie Malmsteen con un teclado de mástil que ejecutan con maestría.
El power metal es un subgénero que exige sólidas habilidades técnicas a la hora de ejecutar los instrumentos, pues la velocidad, a veces extrema, irrumpe en plena armonía con arreglos melódicos y orquestales.
Puede decirse que el guitarrista británico Ritchie Blackmore es el padrino del subgénero, que tuvo su piedra fundacional en Rainbow, la banda que Blackmore formó con el excelso cantante Ronnie James Dio en los años setenta y que influenció a decenas de agrupaciones.
El power metal arraigó con especial fuerza en Europa y Sonata Arctica se han mantenido como uno de sus más fieles exponentes en los últimos 25 años con un total de catorce álbumes.
No es muy común que una banda de power metal europeo toque en esta ciudad, así que la ocasión era imperdible y los seguidores que atiborraron el Black Box lo sabían.
Sonata Arctica estuvo anunciada para visitar Tijuana hace nueve años, pero un problema de salud los obligó a suspender el concierto.
Los años pasaron y la banda por fin pudo concretar su esperada visita.
Tony Kakko, Elías Viljanen, Pasi Kauppinen, Henrik Klingenberg y Tommy Portimo llegaron por primera vez Tijuana en donde ofrecieron un recital de 14 canciones de siete diferentes álbumes.
La apertura de la noche corrió a cargo de la banda mexicalense Mythril, quienes ejecutan un power metal progresivo.
Son siete los integrantes de este creativo acto cachanilla que incluye dos guitarras, teclado, un violín y flauta transversal.
Después de ejecutar rolitas como Lucha eterna y Cada vez más fuerte, Mythril cerraron su actuación con una muy bien lograda versión de Down of Victory de los italianos Rhapsody. Bien se ve que algo le han aprendido a su padrino Fabio Lione.
Sonata Arctica irrumpió a las diez de la noche y con puntualidad finlandesa partieron plaza con piezas de su nuevo álbum al que dedicaron la primera parte del concierto con piezas como la abridora First in Line, Dark Empath y Angel Defiled.
Las ráfagas de nostalgia tocaron fibras sensibles cuando descargaron baladas como Tallulah, Réplica y My Land y el clímax del concierto llegó con la esperadísima Full Moon.
Cierto es que la acústica del Black Box no es propia una gran sala de concierto, pero aun así la ejecución de Sonata no desmereció.
La luna estaba por llegar a su punto más alto cuando los visitantes del Círculo Polar Ártico se despidieron de su entusiasta público tijuanense.
Un año repleto de energía powermetalera escribía su capítulo final en la Avenida Revolución.
Ojalá no haya que aguardar demasiadas auroras boreales para que una banda del estilo y calibre vuelva por estos rumbos.
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