La Organización Mundial de la Salud (OMS) recientemente emitió una alerta máxima como medida preventiva ante un brote de ántrax, enfermedad infecciosa que ha causado preocupación en profesionales de la salud debido al rápido aumento de casos reportados en los últimos meses.

A nivel mundial, los últimos meses se notificaron ya 684 casos sospechosos, así como 4 muertes provocadas por ántrax cutáneo y gastrointestinal, una situación que ha generado gran alarma en la comunidad de salud principalmente por su potencial de propagación.

Si bien, Zambia es el país en el que la enfermedad comenzó a ser más notoria, la seriedad y el nivel de preocupación que ha provocado la enfermedad ha sido tal que las autoridades sanitarias se vieron en la necesidad de implementar un plan de emergencia para intentar contener la expansión de la bacteria responsable del brote.

Cabe destacar que el ántrax puede afectar tanto a animales como a seres humanos, por lo que representa una amenaza mayor en regiones con alta movilidad fronteriza, aunque hasta el momento se ha pedido una mayor prevención solo en las naciones de Angola, Botsuana, la República Democrática del Congo, Malaui, Mozambique, Namibia, Tanzania, Uganda y Zimbabue para que tomen medidas preventivas.

¿Qué es el ántrax y cómo se contagia?

También conocido como “Carbunco”, el ántrax es una enfermedad infecciosa severa que se origina con la bacteria Bacillus Anthracis, siendo capaz de formar esporas latentes que pueden persistir en el medio ambiente por largos periodos de tiempo.

De acuerdo con el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos, se encuentra de forma natural en el suelo y afecta principalmente a animales, tanto domésticos como salvajes y se contagia al ingerir, inhalar o tener contacto con tierra, pasto o agua contaminada.

Pese a que los síntomas varían dependiendo de la región del cuerpo afectada, como se mencionó anteriormente los tipos más comunes son el cutáneo, gastrointestinal y pulmonar, aunque las personas contagiadas con esta bacteria pueden experimentar una gran variedad de síntomas, siendo algunos de ellos los siguientes:

-Ampollas pequeñas y pruriginosas en la piel.
-Forúnculos en la piel de la cara, cuello y brazos, que pueden ser inflamatorios pero no dolorosos.
-Fiebre acompañada de escalofríos.
-Problemas respiratorios.
-Sensaciones de confusión o mareos.
-Náuseas, acompañadas a veces de vómitos o dolor abdominal.
-Dolor de cabeza y una fatiga severa.
-Inflamación en el cuello o de las glándulas linfáticas cercanas.
-Dolor de garganta.
-Diarrea, en ocasiones con sangre.
-Pérdida de consciencia.
-Hinchazón del abdomen.

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