Un trágico accidente azotó las calles de Berlín, luego de que el nombrado acuario más grande del mundo estallara y soltara más de un millón de litros de agua, causando la muerte de más de mil 500 peces.

Fue la atracción turística AquaDom, ubicada en el corazón de la capital alemana, misma que acababa de recibir reparaciones en el 2020, la que terminó por desplomarse, dañando en el proceso las instalaciones de un hotel, un café y una chocolatería.

A través de un comunicado, la empresa propietaria del acuario ‘Unión Investment Real Estate’ informó que aún no tenían claro cuál fue el origen que causó esta tragedia ambiental, sin embargo, se comprometieron a revelarla una vez que las investigaciones pertinentes terminaran.

Más de un millón de litros de agua inundaron calles de Berlín poco antes de las 6 de la mañana, provocando que 2 personas sufrieran lesiones leves, según declararon personal del Departamento de Bomberos, aunque la alcaldesa, Franziska Giffey, dijo que el “auténtico tsunami” originado por el derrumbe hubiera generado muchos más heridos de haber ocurrido tan solo una hora más tarde.

La estructura de 25 metros de altura contenía un millón de litros de agua y una de sus atracciones era precisamente el ascenso de 10 minutos en elevador a través del tanque tropical.

Entre sus 80 especies y más de mil ejemplares, había peces cirujano azul y peces payaso, ejemplares coloridos popularizados por el filme animado “Buscando a Nemo”.

Reportes iniciales prevén que las temperaturas bajaron a menos de 10 grados Celsius durante la noche provocando una grieta en el tanque de vidrio acrílico, que luego explotó debido al peso del agua. Hasta el momento la policía afirma que no hay evidencia de un acto delictivo implicado en el evento.

El gobierno de Berlín informó en redes sociales que casi todos los mil 500 peces que estaban dentro en el momento de la ruptura murieron, aunque veterinarios, bomberos y otros socorristas pasaron el día intentando salvar entre 400 y 500 peces que fueron alojados en acuarios debajo de la recepción del hotel.

El zoológico de Berlín y otras instituciones ofrecieron hacerse cargo de los peces sobrevivientes.

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