En Village, el barrio gay de la ciudad de Toronto, del año 2010 al 2017 desaparecieron ocho personas, la mayoría inmigrantes del medio oriente; tiempo después se descubriría que habrían sido asesinados por Bruce McArthur, asesino serial.

Bruce McArthur de profesión jardinero, también trabajaba personificando a Santa Claus en un centro comercial. En el 2019, a los 67 años de edad, se declaró culpable de ocho cargos de asesinato en primer grado.

La mayoría de sus víctimas procedían de Medio Oriente, o del sur de Asia. McArthur aprovechaba el estatus ilegal de sus víctimas para mantener sus crímenes en el silencio; la mayoría de las familias se abstuvieron de hacer denuncias por la desaparición de sus familiares, por miedo a ser deportados. Otros casos negaron que sus familiares estuvieran involucrados en escándalos homosexuales, tal vez por el tabú de su credo religioso.

Tal fue el caso de Abdulbasir Faizi, de origen afgano que vivía con su esposa e hijos. La noche que desapareció, fue visto por última vez en un local de hamburguesas, en el barrio gay. La esposa de Abdulbasir no quiso creer en la declaración de los oficiales y la comunidad afgana prefiere ignorar el hecho.

McArthur anestesiaba a sus víctimas con ácido y-hidroxibutírico, también conocido como GHB. Una de las víctimas que escapó a sus ataques, un traficante de GHB, refiere sobre su encuentro, que cuando estaba cayendo bajo los efectos de la droga, McArthur hacía preguntas íntimas, sobre su familia, sobre cuántos hermanos tenía, como si quisiera saber de antemano quién pudiera extrañar y consecuentemente, buscar a la víctima, en caso de que desapareciera.

Su detención se produjo en el 2017, pero pudo haber sucedido 7 años atrás cuando la oficial de policía Marie-Catherine descubrió una serie de paralelismos en dos desapariciones en el mismo barrio de la ciudad de Toronto, pero las sospechas sobre la presencia de un asesino serial en las calles, no fueron tomadas en serio. Sin embargo la persistencia de la oficial dio finalmente con su captura. Al declararse culpable, la mayoría de sus actos atroces no se dieron a conocer hasta tiempo después, bajo rigurosas investigaciones. Fue condenado a 25 años de prisión.

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