Durante la mañanera del día de hoy, miércoles 23 de junio, el presidente ha defendido su estrategia en materia de seguridad pública, a pesar de que la violencia y la impunidad crecen desmedidamente.

El presidente ha utilizado los micrófonos de Palacio Nacional para reafirmar su convencimiento sobre una política que no da respuestas, ni soluciones, sino que al parecer le ha dado estructura al problema delictivo, para fortalecerse. López Obrador considera que los abrazos son la correcta y única manera para hacer frente a la delincuencia que se vive en el país.

De igual forma, el mandatario criticó al ex presidente Felipe Calderón, quien expresó su malestar por lo sucedido en la Sierra de Chihuahua donde dos jesuitas fueron asesinados.

Hasta Felipe Calderón se atreve a culparnos, en el colmo del cinismo y la hipocresía

De igual forma, el presidente buscó liberarse de la responsabilidad de los trágicos hechos que implican la muerte de los jesuitas, argumentando que la situación en Chihuahua no ha comenzado durante su gobierno, sino que se remonta mucho tiempo atrás, cuando existía contubernio entre los grupos delictivos y el gobierno en turno.

¿O el señor ("El Chueco", presunto asesino) acaba de empezar su carrera delictiva? No, y seguramente fue tolerado. Y esto lo saben bien los jesuitas y lo saben bien los que viven en Urique, Chínipas, en Creel, en Batopilas, saben bien cómo se fue creando toda esta organización y el contubernio con autoridades”

Durante la mañanera del día de hoy, el presidente Andres Manuel López Obrador nuevamente mantuvo una postura hermética, sin apertura al diálogo, que consiste en la defensa de una política de seguridad pública endeble, cuyos derechos humanos abogan por los criminales y nunca, ni siquiera sea de paso, por las víctimas. La culpa, dice el presidente, es de todos, menos mía.

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