A pocos días de que se celebre la Cumbre de las Américas en Los Angeles, California, altos funcionarios de Estados Unidos han comenzado a dar declaraciones al respecto y ahora han restado importancia a la presencia del presidente de México en el evento.

El gobierno del presidente Joe Biden ya se encuentra dando los últimos toques a la agenda para el gran evento continental que será llevado a cabo del 6 al 10 de junio, sin embargo, no está claro si México enviará a un representante o si en efecto, participará el mandatario mexicano, Andrés Manuel López Obrador en persona.

Durante una conferencia, altos funcionarios del gobierno de Joe Biden, quienes declinaron ser identificados para hablar de los planes para la cumbre, se negaron a contestar preguntas relacionadas con la asistencia del presidente mexicano, aunque afirmaron que el evento es muy importante para que se reúnan los países vecinos.

Los funcionarios aseguraron que Washington planea una agenda ambiciosa, aunque dieron pocos detalles.

Por su parte, la vicepresidenta, Kamala Harris, encabezará una nueva cooperación centrada en el cambio climático en el Caribe, mientras que la administración de Biden prepara un nuevo esfuerzo para fortalecer los sistemas de salud en el hemisferio. Además se planean tratar el tema de la inmigración.

Anteriormente, López Obrador ha declarado que no participará si no son invitados todos los países del continente, contrario a la posición de Washington que se ha resistido a invitar a gobiernos autocráticos como Cuba, Nicaragua y Venezuela.

Justo el pasado lunes, el mandatario declaró lo siguiente: “Si se invita a todos los países, yo voy a asistir a la Cumbre. Si no se invita a todos los países, va a asistir en representación del gobierno el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard”.

Debido a que Biden no ha dado una respuesta concreta, el gobernador de México aseguró que aún “hay tiempo y le tenemos confianza”, por lo que van a esperar su respuesta.

Analistas han criticado la postura de Obrador argumentando que la ausencia del presidente en su país será un contratiempo para Estados Unidos, quien organiza la cumbre continental por primera vez desde 1994, ya que México ha sido un importante socio comercial del vecino del norte y es el segundo país más poblado en América Latina.

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