Es bien sabido que las relaciones entre cónyuges y suegros no son del todo buenas, lo que vuele común que los encuentros casuales no salgan tan bien como uno espera, aunque existe la posibilidad de que esto no sea tu culpa, si no de la evolución.
Un estudio reciente publicado en la revista “Evolutionary Psychological Science” encontró que tanto hombres como mujeres tiene más conflictos y peleas con sus suegras (44 %) que con sus propias madres (39 %).
Según Marriage.com, la mayoría de estos conflictos se suelen dar por dos motivos, recursos económicos y cuidado de los hijos, factores en común que provocan estrés en muchas relaciones. Los expertos en la materia sugieren que estos problemas se deben a “conflictos genéticos” en los que cada persona actúa de manera inconsciente a favor de sus parientes y no en el mejor interés de cada individuo.
También señalan que la antipatía entre los suegros se deba a que ellos no eligen tener conexión con los cónyuges, si no como vínculos familiares que surgen de “consecuencias” en relaciones románticas de sus hijos.
Si bien tanto hombres como mujeres informaron conflictos con sus suegras, las madres informaron un poco menos de conflicto con los cónyuges de sus hijas (17 %) que con los cónyuges de sus hijos (18 %). Esto se alinea con el "conocimiento popular prevaleciente" y gran parte de la cultura popular que a menudo "sugiere que la relación entre madre y nuera puede estar especialmente cargada de conflictos".
Se observó que los padres, por otro lado, tenían la reacción opuesta y se llevaban mejor con sus nueras que con sus propias hijas.
Los investigadores notaron que esto puede deberse a los instintos protectores del padre, que aumentan cuando la hija entra en una nueva relación romántica, pero que pueden disminuir con el tiempo a medida que el padre se acerca a su yerno.
Con información de New York Post
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