Este domingo, Canadá y países de Europa anunciaron el cierre de su espacio aéreo a los aviones rusos, una decisión sin precedentes que tiene como principal propósito ejercer presión en contra del mandatario de Rusia, Vladimir Putin, para que ponga fin a la invasión que inició en contra del territorio ucraniano.

Alemania, España y Francia son algunas naciones que siguieron el ejemplo de Reino Unido, junto a países nórdicos y bálticos, para declarar la prohibición del uso de cielos nacionales por parte de Rusia, una estrategia utilizada por aliados de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) para librar una guerra económica contra Putin.

En lo que corresponde a Occidente, Estados Unidos anunció también nuevas sanciones financieras para Rusia, país que ha calificado su asalto a Ucrania como “una operación especial” para capturar a “los neonazis”, en lo que la historia ya ha catalogado como el mayor conflicto armando sucedido en un estado europeo desde la Segunda Guerra Mundial.

Por el momento, la administración rusa no ha declarado al respecto, sin embargo, es probable que se tomen nuevas represalias contra los bloqueos aéreos y las demás sanciones impuestas por Estados Unidos, tal y como lo hizo con la prohibición de su territorio aéreo a aerolíneas de Reino Unido, Bulgaria y Polonia.

De acuerdo con expertos, ante la falta de acceso a las vías aéreas rusas, las aerolíneas deberán desviar sus vuelos hacia el sur y evitar zonas de tensión en Oriente Medio, lo que supone tiempo y costos adicionales considerables.

Estos son otros países que también han prohibido la entrada de aviones rusos en su territorio: Suecia, Finlandia, Dinamarca, Islandia, Bulgaria, República Checa, Rumania, Lituania, Letonia y Estonia.

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