Luego de casi 7 años de haber sido lanzado, a fines de enero se anunció el regreso de un cohete, supuestamente perteneciente a la empresa Space X, donde Elon Musk es el propietario, el cual impactaría con la luna en su trayecto de vuelta al planeta Tierra.
Originalmente el propulsor fue identificado como la segunda etapa de un cohete Falcon 9 de la misión DSCOVR realizada en 2015, situación que despertó una serie de críticas para Musk y su compañía, sin embargo, todo se trató de un error, pues recientemente se reveló que el cohete pertenece a China.
El creador del llamado “Proyecto Plutón” Bill Gray, utilizado para rastrear objetos cercanos a la Tierra, fue quien publicó la historia de Falcon 9, por lo que reconoció su error a través de su sitio web.
En su explicación el científico relata que descubrió un objeto no identificado en el cielo junto con otros colegas, quienes le asignaron el nombre temporal WE0913A. Posteriormente se continuó profundizando su investigación y con las observaciones realizadas se concluyó que su fabricación era humana, por lo que la segunda etapa del cohete utilizado para lanzar DSCOVR se convirtió en el principal sospechoso, ya que hasta ese momento su información coincidía.
La noticia tuvo un gran impacto mundial, principalmente por que el nombre del millonario Elon Musk estaba relacionado, pero cuando llegó a oídos de un ingeniero del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA), Jon Giorgini, este se dio cuenta que no correspondía al Falcon 9.
Al descubrir la verdad, Giorgini estableció contacto con Gray para explicarle que la trayectoria de la nave DSCOVR no se acercó lo suficiente a la luna, por lo que era altamente improbable que la segunda etapa impactara accidentalmente contra nuestro satélite natural, para analizar más a detalle los datos e identificar otros candidatos, aunque no tardaron demasiado en encontrar similitudes con el cohete Long March 3C lanzado por China en la misión Chang’e 5-T1.
Dicha misión tenía la intención de enviar una pequeña nave a la Luna para probar una tecnología capaz de regresar al planeta azul muestra lunares y había sido organizada en el 2014.
El resultado de la comparación con el objeto no identificado fue que sus datos y trayectoria tuvieron una coincidencia casi exacta con la órbita del objeto que golpeará el satélite próximamente.
Aún cuando la información obtenida es realmente convincente, Gray señala que la evidencia es “circunstancial”, por lo que parece que el objeto que golpeará a la Luna este 4 de marzo es en realidad el Chang’e 5-T1.
Si bien, el investigador señala que ubicar los restos de basura espacial no tiene un gran impacto por el momento, sería bueno que empresas y gobiernos comiencen a darle prioridad a este asunto para conocer y dar seguimiento a la ubicación de cada uno de estos objetos.
Se informó que la segunda etapa del cohete de Space X que llevó la misión DSCOVR se encuentra en una órbita alrededor del Sol, aunque esto sólo es una suposición, ya que ni siquiera la empresa de Musk podría saberlo con exactitud pues hubieran emitido declaraciones al respecto para aclarar que no era su propulsor el que se estrellara con la luna en marzo.
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