¿Sabías que la particular marca que vemos en fotografías de Júpiter no es otra cosa que una tormenta? De acuerdo con los expertos de la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA, por sus siglas en inglés), este fenómeno ha durado siglos, y de hecho, hasta la fecha aún continúa.
Ahora, gracias a la nave espacial Juno, perteneciente a la NASA, podemos tener una idea del tamaño aproximado de la tempestad espacial denominada por la comunidad científica como “La Gran Mancha Roja”.
Luego de sobrevolar la tormenta en 2 ocasiones, la agencia confirmó que no se trata de un fenómeno que se desarrolla únicamente en la superficie del planeta, sino que se extiende cientos de kilómetros hacia el interior del mismo.
Lo más impresionante de esto es que el diámetro de esta mancha se estima que posee una medida de 16 kilómetros de ancho, mientras que el de la Tierra es de casi 13 mil kilómetros, es decir, nuestro planeta podría caber perfectamente dentro del fenómeno e incluso le sobraría espacio.
Anteriormente investigadores solamente se dedicaban a especular sobre la magnitud de la Gran Mancha Roja a falta de evidencias concretas sobre sus medidas, habían mencionado que tiene entre 300 y 500 kilómetros.
Si ponemos como ejemplo que este fenómeno sucediera en la Tierra, este sería capaz de extenderse hasta la estación espacial que orbita a 400 kilómetros del planeta. Otro ejemplo sería al colocarlo en el llamado “Abismo de Challenger”, el punto más profundo de la Tierra, pues esta tempestad sería casi 46 veces más honda.
Antes de Juno, la forma más fácil de recabar información sobre Júpiter era gracias al telescopio Hubble o algún otro modelo de telescopio terrestre. Esta nave fue lanzada en 2011 y finalmente se estableció en órbita para 2016.
Tiempo después logró colocarse en posición apta para recolectar datos sobre el denominado planeta más grande del sistema solar, por el cual pasaría cada 53 días.
Como la tormenta era tan grande, no logró identificar las perturbaciones en la gravedad, revelando que la extensión del fenómeno supuestamente no iba más allá de los 500 kilómetros de profundidad. Más tarde, las medidas fueron combinadas con mediciones de microondas de Juno tomadas en 2017, lo que determinó una medida mínima de 300 kilómetros.
A pesar de lo enorme de la Gran Mancha Roja, la realidad es que no es tan profunda como otras corrientes circundantes que pueden extenderse hasta 3 mil kilómetros al interior del planeta, situación que ha provocado desconcierto en la comunidad científica.
Lo cierto es que este descubrimiento es toda una hazaña y la agencia espacial espera con ello tener una mejor visión del gigantesco astro.
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