La inspiración, los colores y miles de emociones convergen en el trabajo de una joven de Mexicali, cuya vida como madre, esposa, mujer y artista intenta equilibrar entre un mar de situaciones para darle un sentido único al entorno que la rodea.
Paula Yael inició un nuevo viaje de descubrimiento gracias a su amor por la decoración y su familia, lo que la llevó a pintar cuadros destinados a madres, hijos y público en general que deseaban darle un toque distinto a su hogar, pues estar rodeados de elementos que despiertan los más profundos sentimientos es algo invaluable.
La idea de hacer pinturas comenzó para decorar mi casa. Yo sé que, en las tiendas, las obras o pinturas que venden (más comerciales, de artistas que ni siquiera conocemos) son muy caras, no son tan económicas y a veces no tienen los colores o las texturas que uno quisiera.
Con eso en mente, fascinada por un mundo posibilidades y ante una primera respuesta positiva en redes sociales a través de su cuenta “Life as a Wifey”, con personas que le preguntaban sorbe sus cuadros, la entusiasta pintora se aventuró a lanzar un negocio: el de la venta de sus obras, mismo que surgió de manera imprevista, pero que a la fecha la ha colmado de grandes satisfacciones.
Jamás me pasó por la cabeza que alguien las quisiera comprar y no había visualizado un proyecto como tal hasta un poco más adelante.
Su formación, según relata se dio de manera más informal, aunque admite haber tomado clases de pintura en su Mexicali y en la Ciudad de México.
Las habilidades obtenidas en aquellas experiencias, combinadas con su pasión la llevaron a vestir las paredes de su casa con sus propias creaciones.
Las primeras fueron para mi primer hijo Elú. Eran acuarelas de animalitos como para cuarto de bebé y dije “bueno, no me quedaron mal”, y luego empecé a hacer otras para la sala y el comedor.
Su perfil en Instagram “Life as a Wifey”, donde comparte momentos de su vida familiar, sirvió como escaparate para mostrar sus talentos. Cuando las obras, trabajos y pedidos se fueron acumulando decidió lanzar una cuenta secundaria dedicada exclusivamente a su arte, la cual se llamó “Color de mi Alma”.
Armada con acuarelas, acrílico, material a la mano y con cuadernos y pinturas nuevas, Paula Yael siguió elaborando diferentes diseños que combinaran con los espacios del hogar.
La artista destacó el momento que lo cambió todo:
Un día, en octubre del año pasado, hice un ‘closet sale’ y dije ‘voy a vender mis pinturas, las que quieran venir, va a ver ropa y va a haber arte’, y la verdad que me llevé la sorpresa de que se llevaron muchas pinturas y de ahí abrí la cuenta de ‘Color de mi alma’. Ahí fue donde empezó todo, con ese ‘closet sale’, viendo que a la gente sí le gusto, que vinieron hasta mi casa a comprar mis punturas y a preguntar cómo las podían combinar.
Al preguntarle sobre la representación de las líneas, curvas y patrones, pues a veces llevan un mensaje implícito, comentó:
Algunas pinturas son muy abstractas, no las hago pensando en un diseño en específico, pero las hago con mi alma. Las que hago con acuarela, esas sí son ilustraciones que tienen un propósito. Me las han pedido para revelar el sexo de un bebé, para una familia o alguien que perdió a un bebé. Me siento responsable por que sé significa mucho para la persona que me lo pidió, así que las hago con más cariño y amor.
El trabajo incluido en “Color de mi alma” se divide en dos facetas:
Tengo dos conceptos, el artístico (más para decoración que son los de acrílico) y los de acuarela (que tienen un significado más profundo).
La inspiración para sus cuadros, según aclara, llega de lo que otras personas buscan, quieren y que es difícil conseguir, resultando en la combinación de algo personal que ella siente y lo que otros necesitan, por lo que le ayuda mucho estar en contacto con tantas mamás.
Recientemente, Paula Yael se convirtió en madre por segunda ocasión, sin embargo, su experiencia fue mucho más difícil que el primer parto pues dio a luz a un bebé prematuro a los 7 meses. En estos momentos su pequeño Luán aún sigue en el hospital, fortaleciéndose.
Durante la entrevista recordó con cariño como fue el recibimiento de su primer hijo y lo contrastó con la llegada del segundo.
Ser mamá de uno definitivamente me encantó, dije ‘ok esto sí es lo mío’ a pesar de todo lo difícil de atravesar como mamá primeriza. Dije ‘quiero otro’. Planeamos tener un segundo hijo, la vida nos la concedió; y creo que los siete meses que estuve embaraza de Lúan fue diferente porque ya no tienes las dudas y preguntas que tuve con el primero, aparte el tiempo se me pasó de volada porque ya tenía con quien divertirme, no tuve esa ansiedad de qué va a pasar.
Estuve más relajada en ese sentido y lo disfruté más. Como terminó todo fue completamente distinto, pues con el primero no hubo ninguna complicación. Con Lúan, a las cinco o seis semanas, tuve una amenaza de aborto por un hematoma que me salió, entonces yo jamás pensé que eso me iba a pasar.
Atravesar por un reto de otro nivel ha fortalecido a la artista mexicalense, y aunque la delicada situación podría prestarse para muchos como un acontecimiento a mantener en privado, Paula Yael siempre se ha caracterizado por compartir todos los eventos de su vida, por lo que subió a Instagram fotos de su embarazo, del segundo parto y de su pequeño recuperándose en la incubadora.
Me gusta compartir lo bueno y lo malo. A raíz de eso me llegaron muchas historias de otras mamás y otras embarazadas que había o que estaban pasando por lo mismo. De alguna manera a todas nos da un poco de paz saber que ‘ok, no soy la única’. Muchas me agradecieron darle la voz a ese tipo de situación que no todas quieren decir o contar, pero que son comunes.
Para mí fue la realidad, no podía negarlo, esconderlo o minimizarlo, era algo que me estaba pasando y que era importante. Me gustó mucho la respuesta de la gente y de las mujeres. Tiene su lado difícil contar estas cosas cuando no sabes lo que está pasando.
Inclinada a hacer siempre especiales sus momentos, Paula tuvo que prescindir del baby shower de Luán debido a lo sensible de las circunstancias, tampoco hizo una fiesta de revelación de género, todo se mantuvo en privado con su esposo e hijo.
Con el camino recorrido, la artista no se arrepiente haber compartido estos detalles personales, pues recibió innumerables muestras de cariño y buenas vibras, de parte de mujeres, mamás, amigas e incluso de personas desconocidas.
Afirmó que las dos ultimas semanas han sido una locura. “Contar con el apoyo emocional de las mamás y no mamás es algo muy bonito e increíble”. Paula todavía no se la cree.
La alocada rutina la lleva al hospital dos veces al día y a sacarse leche cada dos o tres horas para llevársela a su pequeño Luán, por lo que se ha tenido que dividir para hacer múltiples tareas sin dejar de atender a su hijo Elú y a su esposo. Con ello ha logrado que la balanza se mantenga en equilibrio; lo malo es que no ha tenido tiempo para pintar.
Paula asegura tener otros proyectos en mente, sobre todo algo que involucra a los niños y el mundo por los bebés, “todavía no los aterrizo, pero me gustaría hacerlos”.
En lo que Lúan regresa a casa y se estabilizan sus horarios “Color de mi Alma” estará en pausa ya que tenga un poco más de tiempo. “Sé que no va a ser eterno. El tiempo estimado en el que Luan pueda regresar es a lo mejor dos meses o mes y medio. Espero que se me pase rápido”.
Reafirmando que su familia es primero, la artista concluyó diciendo que tendrá tiempo para seguir explotando su creatividad haciendo nuevos cuadros.
No es solo saber pintar sino encontrarle sentido a todo. Sé que el mundo de las mamás y los niños es un mercado impresionante, el apoyo entre ellas y su comunidad es muy interesante.
Puedes ver la entrevista completa acá abajo:
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