El asesinato de dos bebés ocurrido en Playas de Rosarito en Baja California, ha hecho que las autoridades mexicanas consideren tener un mayor control de las personas que ingresen al estado, esto con el objetivo de prevenir crímenes e identificar a posibles delincuentes.

De acuerdo con lo informado por el diario Telemundo 20, la fiscalía firmó un convenio con el Instituto Nacional de Migración que permitirá la identificación de extranjeros que lleguen por vía área: podrán revisar si existen antecedes o historial criminal.

Asimismo, se establecerá un registro mensual de visitantes que lleguen a las ciudades de Baja California, en donde se especificará si el turista viene por recreación, negocios o por residencia. Según lo informado por las autoridades, las áreas en las que se centrarán serán Tijuana y Mexicali.

Fue el 13 de agosto cuando Matthew Taylor Coleman, de 40 años, originario de Santa Bárbara, California, ingresó vía terrestre a Tijuana junto con sus dos hijos, después de asesinarlos se justificó diciendo que fue debido a que habían sido infectados con ADN de serpiente y que los pequeños se convertirían en monstruos.

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