El presidente de Haití, Jovenel Moise, ha sido asesinado la madrugada de este miércoles por hombres armados que irrumpieron en su domicilio en Puerto Príncipe.

El ataque, perpetrado por personas extranjeras, según el sitio AP, afectó también a la primera dama, Martine Moise, quien se encuentra hospitalizada con una herida de bala.

Producto del siniestro, la República Dominicana ordenó el cierre inmediato de la frontera con el país y envió tropas al lugar. El presidente de dicho país, Luis Abidaner, convocó a un gabinete de seguridad para una reunión de emergencia.

Entre los motivos que pudieron haber originado el asesinato del presidente, se encuentran que Haití ha atravesado una crisis constitucional, pues Jovenel Moise se negó a entregar su cargo tras concluir su mandato en febrero de este año; producto de ello ha habido represión a sus opositores, justificándola con una supuesta conspiración en su contra.

Ante la acalorada situación, Josep Mécéne Jean-Louis había sido nombrado presidente interino en febrero para dirigir el proceso de transición gubernamental, que como vimos rindió buenos resultados pues las elecciones presidenciales, legislativas y locales han sido pospuestas una y otra vez. La presión de la comunidad internacional no hacía efecto.

El Gobierno de Jovenel ha estado repleto de escándalos de represión y corrupción por los fondos de Petrocaribe.

Desde hace años el país ha estado en caída libre con situaciones sociales insostenibles como la inseguridad alimentaria y la violencia creciente, especialmente en la capital. Rezagos del colonialismo, intentos de intervención, dictaduras y fenómenos climáticos no ha hecho más que agravar su estado.

Se estima que la política de Haití es una de las más turbulentas del mundo, pues entre 1945 y 2019 ha sufrido 23 golpes de estado (15 de ellos exitosos), el segundo peor dato detrás de Bolivia.

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