Hablar de cine Clásico automáticamente nos traslada al pasado en blanco y negro de Hollywood, y aunque muchas otras películas se han unido a esa denominación, seguimos pensando en que ese tipo de calidad sólo existe en ese contexto. A veces olvidamos que los títulos que vemos hoy se pueden convertir en referencias para el futuro; desde directores jóvenes que crecerán con esas referencias hasta especialistas que seguirán analizando cuadro por cuadro los misterios que ofrecen. Siendo honestos, la gran mayoría quedará en el olvido por mero porcentaje, mientras que algunas más se quedarán en ese espacio desequilibrado del cine de culto que en parte permanece así mientras evite la popularidad.

De manera equivocada, algunos consideran el cine Clásico casi como intocable o difícil de ver por las masas. Es cierto que muchos títulos sólo obtuvieron reconocimiento con el paso de los años, pero la verdad es que mucho de lo que ahora llamamos así fue en su momento popular (por buenas o malas razones), generó millones y levantó a las grandes productoras que siguen trabajando hasta ahora. Es momento de sacudirnos la actitud snob y reconocer que algunos géneros y subgéneros “menores” realmente pueden producir algo trascendente.

¿Cómo saber que estamos ante un Clásico? La respuesta no es sencilla, y muchos de inmediato asumen que se trata de algo enteramente subjetivo, pero no es necesariamente así. Aunque en gustos se rompen géneros, sí existen valores objetivos para analizar y criticar una película y saber si es o no buena, mucho más allá de si me gusta o no de manera personal. Los premios anuales, por ejemplo, no necesariamente reflejan este estatus, pero sí nos hablan mucho sobre la sociedad que los premió.

Para crear un debate por la más reciente entrega de los premios Oscar, el medio NPR pidió la opinión informada de varios especialistas. El aspecto más importante para pensar en un clásico fue el director mismo. El director es quien encuentra un orden de visión en todo el caos. Nadie puede dudar nunca del valor del guión y el pilar que significa para una producción, pero el director aporta sus propios aspectos a tal grado que ese mismo guión podría terminar en desastre en manos de otro. Mucho antes de los aspectos técnicos, lo que Ann Hornaday, crítica de The Washington Post, define como un director fuerte es aquel que tiene un punto de vista igual de fuerte. No se trata de caer bien o de mandar mensajes moralmente perfectos, se trata de encontrar la forma honesta de contar la historia sin retractarse.

Para el crítico Bob Mondello también debe considerarse el afecto del público. Aunque una cinta no sea exitosa en su estreno puede generar fans tan leales que pasan la voz y hasta hacen tradiciones alrededor de ellas. Este interés que no muere provoca que espectadores y expertos por igual regresen una y otra vez a un título que genera tanto debate. El mayor equilibrio entre elementos lo comenta Mia Mask, maestra de historia del cine en el Colegio Vassar, quien habla de una producción bien hecha, buenas actuaciones, pero más importante aún, que tenga una historia que hable de la condición humana.

Si bien creemos que es sencillo nombrar clásicos de la última década, nos enfocamos en géneros como el melodrama. Hay que reconocer que el cine de superhéroes, más allá de los pleitos que generan entre fanáticos y las interminables secuelas y spin-offs que producen, definitivamente puede entregar al público algo de calidad que pasará a la historia. Es por eso que aquí te traemos una lista con aquellos títulos que se han vuelto trascendentes.

Spider-Man: Un Nuevo Universo

Ya todos sabemos que la trágica muerte del tío Ben ayuda al nacimiento metafórico de Spider-Man. De igual forma, ya todos hemos presenciado personalidades distintitas de Peter Parker en el cine, así que el anuncio de esta cinta no fue precisamente emocionante. Sin embargo, el resultado final es una mezcla de todos los elementos que uno puede esperar en este subgénero: calidad de historia, gran trabajo actoral (voces) y una propuesta visual única. Esta cinta dejó a Miles Morales como protagonista, y lo que de inicio se sentía casi obligado, resultó en la mejor forma de actualizar la esencia misma del héroe. Con técnicas de animación nunca antes vistas, mostrando por primera vez el choque de universos sin que la historia terminara en caos y con personajes complejos y mucho más humanos, estamos ante una de las entregas mejor estructuradas del famoso arácnido y de los héroes en general.

Los Increíbles

A estas alturas nadie puede negar que Pixar nos ha entregado muchísimos títulos de calidad. De hecho, es raro ver un producto malo o mediocre de su parte. La clave es que siempre intentan superarse y tienen las premisas muy claras. Los Increíbles se estrenó cuando los espectadores ya no esperaban mucho más de los superhéroes y la crítica de ese momento pidió que la consideran como una posible nominada a Mejor Película y no a Mejor Película Animada. Si bien se trata de una historia familiar, nos habló de temas políticos, de las jerarquías del poder y el mal uso del estatus y la fuerza.

Batman: El Caballero de La Noche

Christopher Nolan está lejos de ser un director perfecto, pero si algo se le debe reconocer es su aptitud para equilibrar una gran historia con grandes aspectos técnicos. La trilogía de Batman, protagonizada por Christian Bale, sirvió para que el famoso encapuchado recuperara la seriedad de los cómics originales y las famosas novelas gráficas, a la vez que elevó las expectativas del espectador ante estas cintas. El trabajo de Heath Ledger como Joker cambió totalmente la forma en que nos acercamos a ciertos villanos y provocó muchas imitaciones. Nolan tiene una visión que funciona muy bien para el cine de acción y supo crear el ambiente perfecto para entregarnos a un Batman oscuro, realista y complejo con momentos visualmente increíbles para subir la adrenalina de cualquiera.

El Hombre Araña 2

Sam Raimi logró hacer lo imposible en el cine de superhéroes: pasar imágenes de la viñeta a la pantalla sin caer en lo ridículo. La visión del director es bastante clara y en esta secuela hasta aprovecha sus pasos por el cine de terror para aportar más a ciertas escenas que ahora ya son vistas como referencias de este tipo de cine. Claro, la primera entrega con Tobey Maguire también es muy importante, pero la razón para darle prioridad a esta segunda parte es que Raimi, Maguire y Kirsten Dunst ya estaban mucho más cómodos y en terreno lo suficientemente conocido como para mejorar aspectos. Lo que realmente es inigualable es el guión y el desarrollo de Doctor Octopus (Alfred Molina). En esta historia no hay villano de caricatura, se trata de un hombre que lo ha perdido todo y queda vulnerable mentalmente que se enfrenta a un superhéroe que no ve posible equilibrar los aspectos personales y morales de sus dos personalidades.

Iron Man - El Hombre de Hierro

Muchos olvidan que el Universo Cinematográfico de Marvel no siempre estuvo aliado a Disney. La primera aparición de Tony Stark en el cine tuvo muchos significados que ahora damos por hecho. Por un lado la oportunidad de que Robert Downey Jr. recuperara su carrera y por el otro, un nuevo ángulo para considerar a un héroe que no tiene poderes especiales y que todavía no contaba con seguidores en el cine. Por supuesto, la aparición post-créditos de Samuel L. Jackson inició una tradición y nos regaló una probadita de un proyecto tan ambicioso que sigue dando frutos.

Mujer Maravilla

El Universo de DC en el cine ha pasado por muchos caminos, no siempre afortunados. Tal vez el problema fue dejar en un solo director, Zack Snyder, la responsabilidad de todo el desarrollo. Más allá de las capacidades de Snyder, lo que DC siempre necesitó fue abrirse a nuevas visiones con nuevos directores, y eso fue justo lo que se dio de manera natural en Mujer Maravilla. Gal Gadot ya figuraba como la famosa amazona, pero esta película en solitario le permitió desarrollar mucho mejor a la heroína, en cuya piel ya se nota más cómoda. Uno de los aspectos más positivos también recae en que la película fue un éxito en taquilla teniendo a una mujer protagonista en un ambiente que suele tacharse de sexista, demostrando que lo que en realidad se busca es a una protagonista compleja.

Avengers: Infinity War

Avengers: Endgame fue el cierre de ciclo, pero Avengers: Infinity War fue el punto máximo de expectativas de los fanáticos que llevaban una década esperando este momento. Ya habíamos visto a los héroes iniciadores unidos, pero aquí por fin se relacionaron todos esos otros proyectos. De manera eficiente se logró acomodar a los personajes de sus propias franquicias en otra sin perder el estilo de cada uno y otorgando grandes escenas de batalla. Por supuesto, el que cambiaran los ideales de Thanos (Josh Brolin) también fue muy interesante, pues de nuevo presenciamos a un villano cuya moral es gris y complicada. De esta manera lograron justificar la aparición de todos estos protagonistas y situaron bien los aspectos para la siguiente parte, así como para las fases por venir del UCM.

Kick-Ass: un Superhéroe sin Superpoderes

Kick-Ass: un Superhéroe sin Superpoderes -ofreció mostrar lo que nadie había mostrado hasta ese momento: el lado más feo y deprimente de ser un héroe. Partiendo del deseo generalizado de ser una figura de acción y del hartazgo de que el crimen quede impune, la cinta nos permite sentirnos mucho más identificados con los personajes que con otros clásicos de cómics. Además, el aspecto violento es un plus, pues para ese momento las cintas de superhéroes se mantenían con violencia genérica y apta para todo público. Lo explícito apoya a la historia en vez de estorbarle y fue una gran vía para ver a Nicolas Cage, fanático de historietas, en un papel ideal.

Nota publicada originalmente en Tomatazos.

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