El día de ayer Jaime Martínez Veloz, quien actualmente va por la diputación federal del Quinto Distrito de Tijuana en la coalición “Va por Baja California”, integrada por los partidos PRI, PAN y PRD, asiste a un evento organizado por jóvenes, donde estos expresan su entera disposición a actuar dentro de la política, buscando que su participación contribuya a la generación de bienestar tanto para su sector como para la población en general.

“Los jóvenes que aquí están son los jóvenes que tienen sueños, esperanzas, anhelos [...] que buscan una Tijuana mejor” destaca Luisa Kato, regidora juvenil del Cabildo de la Juventud Tijuana. En el diálogo pudieron participar líderes, asistentes y candidatos, destacando que los jóvenes tienen el poder y la posibilidad real de combatir y generar el cambio, pues son los jóvenes de hoy —no de ayer ni de mañana—, son del presente y construyen su realidad actuando.

Veloz, acompañado de Jorge Ramos, candidato por la presidencia municipal de Tijuana, y Olga Macías, quien disputa el IX Distrito, da unas palabras “... Estamos en el año 2021, en un momento donde el gobierno ha presumido que tiene supuestamente un proyecto de nación que ellos llaman la cuarta transformación, y hasta hoy no hemos visto una propuesta real y tangible en relación a la juventud en México”. Sostiene que es intolerable que no exista una ley concreta sobre el sector juvenil, por lo que hace entrega formal de una propuesta de Ley Nacional de la Juventud, con el entero propósito de poder analizar, evaluar y dialogar lo que ella contiene a fin de enriquecerla y ajustarla a las necesidades inmediatas que la población joven de Tijuana y Baja California demandan.

La Ley Nacional de la Juventud que Veloz propone es una iniciativa diferenciada, lo que significa que apunta a múltiples situaciones sociales dentro de un mismo sector de la población. Los jóvenes que habitan las zonas rurales no son los mismos de las grandes urbes, ni los de las grandes urbes son los mismos que pernoctan en la calle o aquellos que estudian, trabajan o están en una situación de pobreza o miseria extrema. Todas estas diferencias radican en identidades volubles, que cambian y se identifican con una realidad social distinta, pero que finalmente comparten ciertos elementos comunes como la edad y el momento histórico. Por lo que la propuesta no funciona en una o dos direcciones, la juventud no es un conjunto simplista o unilateral, sino un sector que destaca por su heterogeneidad y es preciso que una Ley como ésta se desarrolle en todos los caminos posibles.

Veloz argumenta que el documento debe ser revisado por los jóvenes de Tijuana y Baja California, que sea un proceso donde todos —conscientes de su entorno— puedan aportar a que las deficiencias en temas de educación, de salud, empleo, vivienda, derechos, etc., puedan observarse bajo una verdadera voluntad de cambiar, hacer las cosas y pronunciarse en favor del bienestar colectivo. La iniciativa de Ley Nacional de la Juventud consta de 7 títulos, 29 capítulos, 167 artículos, además de 11 disposiciones transitorias, en resumidas cuentas se destacan los siguientes puntos:

El establecimiento de derechos fundamentales y deberes de los jóvenes, la coordinación de esfuerzos institucionales hacia la juventud, la posibilidad que los jóvenes se vinculen activamente con la realidad social y logren ser partícipes de la formulación de los planes de estudio, y que simultáneamente puedan dirigir el diseño curricular con el sector público, productivo y las comunidades indígenas y populares, la obligatoriedad de la educación media superior y superior, el apoyo al emprendimiento juvenil y el apoyo legal y asesorías, entre otras cosas.

“La situación de los jóvenes mexicanos apremia a conjuntar esfuerzos [...] para crear mejores condiciones de vida para este sector, pero, sobre todo, mayores y mejores oportunidades para las nuevas y futuras generaciones”, exhorta Veloz, totalmente comprometido a trabajar con y para la juventud.

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