Nada contrasta más con un sueño inverosímil que la realidad que llega como un balde de agua fría.
La promesa que el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, había hecho a los mexicanos, es decir, que tendríamos un sistema de salud como el de Dinamarca, el de Canadá o Reino Unido, quedó simple y llanamente en una ilusión inalcanzable al ver cómo los hospitales del país se ven rebasados por los pacientes (especialmente de Covid-19 en esta etapa) y prolifera la falta de atención (por escasez de personal y recursos), la falta de medicamentos y las irregularidades administrativas.
El lunes, Tedros Adhanom Ghebreyesys, jefe de la Organización Mundial de la Salud, había pedido a México “tomarse en serio” la pandemia debido a la crisis por la que está atravesando el país, una pedrada que ha evadido por un pelo el subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell, indicando que la “sugerencia” había sido para los mexicanos en general, no para él.
La sociedad debe reaccionar ante esto. El doctor Tedros no es que me lo diga a mí, al secretario de Salud o al presidente. Si quisiera hacerlo, quizás habría mandado un comunicado diplomático, si fuere ese el caso. Hay que tomárselo en serio, no es momento de hacer bodas ni festejos, ni empezar a tener congregaciones.
Dijo López-Gatell.
El problema de salud pública ha sido una herida de la que la administración de la 4ta transformación ha cojeado desde que comenzó su gestión. Al desaparecer el Seguro Popular, millones de personas quedaron sin el servicio. Se eliminaron también 43 mil estancias infantiles subrogadas bajo el pretexto de estar operando con irregularidades, es decir con desvío de recursos y corrupción, según ellos.
La falta de medicamentos de niños con cáncer ha sido el cuento de nunca acabar desde hace ya casi 2 años, y el problema persiste a pesar de las recientes protestas de los padres de familia desesperados frente a la caravana presidencial durante su visita a Baja California, las cuales el mandatario ha decidido ignorar.
Los cambios en el sistema de Salud han afectado al primer frente, personal médico responsable que también ha sufrido los embates de la pandemia. Muchos de los elementos más comprometidos han caído víctimas de la enfermedad. La negación del presidente ante la alarmante crisis ha sido lamentable.
Lo vimos recientemente con las largas filas para las consultas médicas en la Clínica 27 del IMSS en Tijuana. Cientos de personas esperando por horas, muchas de ellas con síntomas de Covid-19. El aumento de casos no solo es a nivel regional, sino nacional y parece que López Obrador sigue en su sueño guajiro de alcanzar algo imposible con las acciones que está, o más bien dicho, no está emprendiendo.
Ahora muchos se preguntan ¿Ese es el sistema de salud como el que tienen en Dinamarca, Reino Unido, Canadá o Reino Unido? La respuesta evidentemente es no.
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