Baja California

Científicos de Perlas de Cortés logran cultivar la famosa perla de la Reina Calafia

La empresa opera en La Paz y se dedica al cultivo de las ostras que generan esta preciada joya marina

La ostra perlera ha pertenecido al imaginario histórico y en parte fue fundamental para la llegada de misiones exploradoras financiadas por el propio Hernán Cortés en busca de aquellas joyas que adornaban el cuerpo de las guerreras legendarias llamadas amazonas.

A partir de la llegada de misioneros, si bien no encontraron ni Amazonas cubiertas en perlas ni tampoco el mítico reino de Calafia, fundaron las misiones y con la conquista se dio la explotación de la perla. Un ejemplo, ya del siglo XX, lo encontramos en la Compañía Criadora de Concha y Perla de Baja California montada en 1903 por Gastón Vives Gourieux.

Fue hasta 1999 que la leyenda de las perlas sudcalifornianas encontró nuevos exploradores cautivados por la biología de las ostras y su mecanismo de defensa contra microorganismos que deriva en una especie de hermosa cuarentena hasta endurecerse en esas lágrimas que conocemos como perla.

Carlos Cáceres y Jorge Iván Cáceres; padre e hijo, oceanólogo y biólogo marino respectivamente, lideran este proyecto de cultivo sustentable de ostra perlera. Su afición por estos moluscos nació de aquellas historias de las pericúes enredando perlas en su cabello como una reacción de agradecimiento a sus dioses.

Hoy, a través de su empresa Perlas de Cortés, ha logrado estudiar los ciclos de los moluscos y con ello controlar el máximo de variables para un crecimiento idóneo de concha nácar (Pteria sterna) y madre perla (Pinctada mazatlanica); las dos especies criadas en sus granjas.

Como buenos científicos, los estándares de calidad son medibles y corroborables. Mucho del éxito del proyecto se cuantifica al confirmar las 5 propiedades requeridas para dar un puntaje de calidad a la perla. Con una producción mantenida de 200 medias perlas al mes, revisan en cada perla su oriente o capacidad de reflexión, el cutis, la uniformidad en el color, el tamaño y la forma.

Con la remodelación de sus instalaciones en Pichilingue esperan atraer ese turismo que busca un acercamiento con el medio marino de Baja California Sur. Este nuevo modelo de negocio parte de la visión que Jorge Cáceres ha sumado al proyecto, de tal manera que sus laboratorios de crecimiento son también didácticos.

Cuenta con recorridos para conocer el ciclo de las ostras perleras y comprender el por qué nacen en la boca de los moluscos. Al final del recorrido encontrarán una exposición de piezas y joyería artesanal con perlas las cuales podrán adquirir, y que con ello, cuando de su aventura en La Paz, se mantenga viva la leyenda del verdadero reino marino de Calafia.

losviajados@gmail.com

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