Las coyunturas cambian cualquier historia. Cambian por completo el camino de eso llamado tiempo y por ende, nos llevan a tomar decisiones trascendentales.

Eso le pasó a José Galicot por allá en 2009, durante el mes de enero de ese año. Sufrió un ataque al corazón que le cambió la perspectiva de su vida… y de Tijuana.

El infarto obligó a Don José -así lo conocen popularmente- a atenderse en San Diego. Sería lo más común para una persona de su posición socioeconómica. Sin embargo, ahí aprendió que el marcapasos que le pondrían en el contexto de la cirugía para atender el padecimiento fue fabricado en Tijuana.

Como él mismo dice cuando platica la historia, eso lo llevó a reflexionar para decir “y en Tijuana no lo sabemos”. Así se dio a la tarea de investigar qué más se hace en Tijuana para darlo a conocer en la misma ciudad, en la frontera y en el mundo. Así nació “Tijuana Innovadora”.

El inicio del movimiento, que inició como un ciclo de conferencias para promover esa Tijuana que no vemos gracias a la nota amarilla, al escándalo del narcotráfico y asociados a ello, tuvo lugar en octubre de 2010.

Entre la investigación y los invitados para hablar de Tijuana y los temas asociados a su industria -la maquiladora, por ejemplo- hemos conocido que la economía de la región equivale a 225 billones de dólares.

Ese es el valor de Tijuana fuera de las industrias de los placeres arriesgados y lo sabemos gracias a invitados de gran talla como Jimmy Wales, fundador de Wikipedia; Biz Stone, creador de Twitter.

Empresarios de los nuevos medios o premios Nobel como Al Gore o Mario Molina. Filántropos como Carlos Slim o Anand Mahindra. Tijuana Innovadora, a través de conferencias y exposiciones que antes no había tenido, empezó a cambiar el discurso e imagen de la ciudad.

Esto la constituyó en movimiento, uno que ha abonado a la construcción de una Leyenda Blanca desde la colaboración y pensamiento de más de 500 mentes brillantes que no solo nos hacen pensar en la macroeconomía regional, sino en los problemas sociales asociados a ella como las diásporas humanas o crisis medioambientales y de salud pública.

La identidad del movimiento se ha constituido en parte de la de la ciudad. El próxima año, 2020, representará el décimo aniversario de un esfuerzo monumental que nos hablará de la Tijuana del futuro. Convertirá a la ciudad en la protagonista de las tendencias del mundo que tenemos que reinventar para garantizar la armonía de la humanidad.

Tijuana será, así, una ciudad global más que fronteriza. El mantra de Galicot, “dejar un mundo mejor del que encontramos” ha encontrado réplica en Ciudad Juárez, Culiacán, Irapuato o Cuernavaca, pero también, hoy, en el mundo que todos compartimos.

josue.beltran@sandiegored.com