Riqueza y avaricia o igualdad y prosperidad ¿Qué es lo que BC necesita?

Con las campañas en marcha la actitud de los candidatos a la gubernatura dice más de lo que piensan.

Las próximas elecciones del mes de junio en B.C. representan uno de los momentos más importantes para los ciudadanos, momento en que deben elegir a quien desean como su próximo gobernante, entre los cuales destacan opciones buenas y malas.

Dos de los personajes más destacados en esta situación son el arquitecto Jaime Cleofas Martínez Veloz, quien encabeza al partido del PRD y el empresario Jaime Bonilla, al mando de MORENA.

En Veloz se refleja el ser humano humilde, popular, simpático, carismático, amable y solidario con los ciudadanos, no solo de las ciudades;sino también, de aquellos que se encuentran en el olvido apartados en comunidades pobres y solitarias, a quienes los ricos no voltean a ver y a los que él con gusto les extiende su mano en señal de apoyo.

Su actitud de lucha y cambio por los bajacalifornianos es leal, firme y con decisión. Sus objetivos se basan en lograr acciones que beneficien a todos los ciudadanos en general, es un hombre que a sus 65 años de edad ha aprendido a tratar y valorar a las personas por lo que son, no por lo que tienen, gracias a la convivencia y trabajo que ha mantenido con ellos lo largo de su vida.

Su compromiso con la ciudadanía es tan fuerte que durante su campaña más que tratar de impactar económicamente con producciones audiovisuales, espectaculares y anuncios, lo hace estrechando la mano y compartiendo una mirada y sonrisa de fe con esas personas ignoradas por su pobreza.

Si muchos de los gobernantes en México, compartieran este mismo sentimiento, el país marcharía de manera muy distinta. Mientras Jaime Martínez Veloz camina entre calles empedradas, polvorientas y sucias, Jaime Bonilla sofisticadamente se reúne con empresarios y viaja en transportes lujosos.

En tanto que Veloz, trata de economizar en su campaña para no hacer un uso excesivo e inútil de los impuestos de los ciudadanos, Jaime Bonilla, gasta sin remordimiento millones de pesos en todo tipo de publicidad, pensado por supuesto solo en sí mismo y en satisfacer su necesidad de ganar a como dé lugar las próximas elecciones.

Sin duda la balanza está dispareja, pero se inclina más a hacia el empresario millonario, bien vestido y perfumado, que visita a sus aliados acaudalados para que lo impulsen, acciones que en un futuro serán recompensadas y dejaran a los ciudadanos en el olvido, como el resto de gobiernos que ha tenido Baja California.

Es difícil creer que una persona con buena posición económicamente se preocupe por personas que considera inferiores. Esta mala organización que enfrenta el estado y los gobiernos corruptos, pueden ser cosa del pasado si los ciudadanos se atreven a observar la situación de los candidatos, un hombre millonario acostumbrado a los grandes lujos o uno humilde que de corazón comparte un caluroso abrazo y una mirada de paz con todas y todos.

Sin duda alguna, lo anterior es algo que los bajacalifornianos no deben olvidar al salir a votar en las próximas elecciones.

editorial@sandiegored.com

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