Julián Leyzaola Pérez, un exmilitar en estado de retiro, nacido en Culiacán Sinaloa, trabajó como Secretario de Seguridad en Tijuana y al cual se le atribuye haber limpiado y logrado disminuir la alta criminalidad que azotaba la ciudad debido al narcotráfico.
Lanzando un contraataque hacia las organizaciones criminales y atacando de frente el problema de la policía corrupta, la cual le acarreó innumerables ataques, hasta intentos de asesinato.
La fama del Teniente Coronel, trascendió el ámbito nacional para después ser llamado a Ciudad Juárez a incorporarse como Secretario de Seguridad Pública donde aplicó la misma estrategia de combate al narcotráfico con un resultado exitoso, logrando reducir los delitos hasta en 85%, quitándole a esa ciudad el primer lugar mundial de violencia.
Sin duda, estos resultados le han traído muchos enemigos a tal grado de haber sido inhabilitado para ejercer un cargo público bajo la sospecha de violaciones a los derechos humanos cuando estuvo al mando de la policía municipal de Tijuana.
Demandó un juicio de anulación de su inhabilitación ante los juzgados de Baja California, comprobándose un interés político, por lo que se anuló la inhabilitación devolviéndole sus garantías ciudadanas para desempeñar cualquier puesto público.
Han sido muchos intentos por ponerle trabas a su carrera política, sin embargo, hoy es candidato por el PRD a la presidencia municipal de Tijuana en donde es ampliamente reconocido y se estima que le ganará a su más cercano adversario con margen de tres a uno.
Lo acompañan en esta travesía llena de abrojos el controvertido político Jaime Martínez Veloz, quien se ha caracterizado por nadar contra la corriente, hombre de causas e ideas progresistas, quien le apuesta a la justicia social.
Esta dupla se ha convertido en un dolor de cabeza para Jaime Bonilla, quien ha dado muestras de su ambición por ser gobernador, que cree tener todo comprado, pero lo que no tiene comprado es la voluntad del pueblo libre y soberano.
Esta mancuerna se complementa, mientras que la gente ha caracterizado como rudo, al teniente coronel Julián Leyzaola otros ubican a Jaime Martínez Veloz de buen corazón, un complemento necesario ya que, con firmeza y corazón se debe gobernar este gran estado.
Una mancuerna controvertida a la cual le temen los políticos tradicionales, aquellos que ambicionan gobernar para hacer negocios.
Esta actuación les ha acarreado a ambos un sinfín de oposiciones con los poderes fácticos a los cuales se les ha dado en llamar coloquialmente la “Nueva Mafia del Poder” solapada por el tlatoani “Gansolopochtli” y por la dirigente de MORENA Yeidckol Polevnsky, quien sin recato le ha dado entrada a lo más corrupto y tenebroso del PRI, incluso, que se transformó en PRIMOR.
Por ello, las expectativas de las personas que conforman las bases de MORENA eran altas y con estas incorporaciones y virajes hacia la derecha, Martínez Veloz se desmarcó, pintó su raya y abandonó al partido del cual había sido fundador y que hoy luce con la brillantez que le da el “Sol Azteca”.
Por ello, Jaime Martínez Veloz ha reiterado y pronunciado “Se podrán robar las siglas de MORENA, pero lo que no se pueden robar es nuestra dignidad, ni nuestra capacidad de lucha” e instaba, “No encajamos en el perfil de Morena BC porque no somos gringos, no somos millonarios, no tenemos casa en Estados Unidos y no tenemos antecedentes penales”.
La 4ta. transformación dio un salto cualitativo y cambió a una transformación de cuarta y con Bonilla apareció para darle el “tiro de gracia” y la convirtió en la 4ta consternación.
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