Cuando el aspirante a Senador panista Jorge Ramos fue alcalde, los índices de criminalidad bajaron dramáticamente. Por costumbre le colgamos ese logro solamente al Teniente Coronel Julián Leyzaola, quien fue su Secretario de Seguridad. La verdad es que fue la unión de las fuerzas de ambos lo que venció al narcotráfico en Tijuana.
A pesar de que Leyzaola va de candidato por MORENA a la Diputación del Distrito 8, Ramos sigue en comunicación con él. Se tienen mucho aprecio. Al popular ex-alcalde y al Teniente Coronel los une una historia que va más allá de las diferencias de partido. Ambos lograron traer paz a Tijuana, cosa que se añora muchísimo ahora que la ciudad se ha convertido en un basurero de inseguridad.
Ramos va de candidato contra el empresario lava dólares Jaime Bonilla, a quien AMLO impuso en MORENA sin conocer su pasado fraudulento. A pesar de competir por el mismo partido, Leyzaola desprecia a Bonilla y públicamente lo ha acusado de ser un delincuente.
Baja California no puede correr el riesgo de caer en manos de narcopoliticos como Bonilla. Nos urgen políticos que ya probaron tener los suficientes tamaños para combatir la inseguridad. Ocupamos que Ramos y Leyzaola, a pesar de que representan a diferentes partidos, ganen las elecciones y trabajen en conjunto como legisladores.
Se ha comprobado que los tijuanenses -y los bajacalifornianos en general- votan “cruzado”. Es decir, que sus preferencias se inclinan hacia un candidato, más que al partido. Esto significa que cuando hay elecciones para diferentes cargos, como el próximo 2 de julio, no necesariamente vamos a las urnas a votar por candidatos de un mismo partido.
Por lo anterior, hacemos desde esta columna un llamado a aquellos lectores que ya decidieron su voto por Andrés Manuel López Obrador, a que piensen mucho su voto para el resto de las candidaturas. Hay gente indudablemente valiosa, como el Teniente Coronel, pero por desgracia no todos los candidatos de MORENA son buenos. El ejemplo más obvio es el del “delincuente” Jaime Bonilla.
Podemos darle nuestro voto a candidatos de diferentes partidos, especialmente si ya probaron ser buenos funcionarios. Podemos votar por AMLO, por poner un ejemplo, y también por Leyzaola y Ramos.
Tijuana está pasando por uno de los peores momentos de inseguridad, luego de que la administración priista de Carlos Bustamante le heredó al “Patas” Gastélum mucha narco-corrupción y podredumbre en las corporaciones policiacas. Leyzaola y Ramos ya probaron tener éxito en la lucha contra el narco. Los ocupamos de regreso, ahora como legisladores.
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