Recuerdo aquella época en la que consumir música era un poco difícil, y digo difícil para mí porque la era del discman y los CD, MTV y descargas por internet eran el furor en los 2000 y era chica para tener acceso a todo eso.

Como una joven que creció rodeada de música era inevitable no querer tener a mi alcance los discos nuevos y populares, Hilary Duff era mi must en la primaria, pero a veces era muy caro tener que comprar todo el CD sólo porque me gustaban el track 3 y 6.

Actualmente, ¡gracias tecnología!, existe algo llamado Spotify o en su defecto está Apple Music, para los únicos y diferentes, quienes han revolucionado la industria musical según los análisis de PwC, una consultora de productos y servicios a nivel global, que indican que el streaming de música que ofrecen estas plataformas ha generado un cambio impactante en estos últimos 10 años desde que, aproximadamente, se empezaron a usar, y el crecimiento de usuarios se ve reflejado en muchos billetes a nivel mundial, 15,700 millones de dólares se generaron el año pasado en la venta de música por estos servicios.

Actualmente ya es muy poco común la venta de formatos físicos al tener a nuestro alcance, únicamente iniciando sesión y pagando $99 pesos mensuales, una cantidad infinita de álbumes y singles en una app.

Los estudios de PwC también pronostican que dicho streaming crecerá más, un 37% lo que generaría 9,100 millones de dólares extras a la ganancia anual, así mismo la venta del CD bajaría un 10%.

Gracias a estos servidores, las discográficas se están viendo muy favorecidas y generan grandes cantidades anualmente, mejor que con la venta de discos.

Aún no se puede decir si este medio hará que los formatos físicos desaparezcan, pero al menos están evitando de alguna forma las descargas ilegales que eran muy comunes durante el boom de los CD.

Aunque para muchos, el valor de la música se ve reducido por no tener un objeto simbólico en sus manos.

Información de El Economista

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