Hace apenas unos días, la pequeña Katia, de tan solo cinco años de edad, se hallaba en el municipio de Chalco, en el Estado de México. En un fatídico giro de los acontecimientos, se vio atrapada en medio de una balacera que desembocó en una herida de bala en su delicada cabeza.

La emergencia se convirtió en una carrera contra el tiempo. La menor fue trasladada de inmediato al Hospital Regional de Alta Especialidad de Zumpango. A pesar de los esfuerzos exhaustivos de los médicos, una tomografía computarizada reveló una devastadora verdad: Katia había entrado en estado de muerte cerebral.

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¿Cómo se desencadenó el trágico destino Katia?

Adriana Ramírez, la madre de la niña, narra con tristeza que se encontraba en el mercado en el fatídico instante en que su hija recibió la bala errante. Luchó por proteger a su pequeña, pero los segundos pasaron demasiado rápido y la bala ya había hecho su impacto.

Un detalle de dolor e indignación tiñe la narrativa. A pesar de tener a su alcance un módulo policial cercano, Adriana tuvo que recurrir a un mototaxi para transportar a Katia al hospital. El auxilio policial quedó como un desconsolador vacío en el momento más crítico.

En la actualidad, no se han efectuado detenciones ni se han identificado sospechosos en torno a la desgarradora secuencia de eventos que arrebató la vida de la pequeña Katia.

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