Durante los últimos años, Estados Unidos ha reportado un aumento inquietante en infecciones causadas por el hongo Cándida Auris, el cual poco a poco se ha extendido hacia Europa, sin embargo, la nación americana continúa marcando la diferencia en este aspecto al registrar una cifra que va desde los mil 300 en 2020 hasta los 5 mil 754 en 2022.

Pese a que los números parecen relativamente bajos, en comparación con la población actual, los médicos están profundamente preocupados por los riesgos que esto pudiera representar para la salud a lo largo del tiempo.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) incluyó en octubre del año pasado al hongo “Cándida Auris” entre los 19 patógenos más peligrosos, mientras se diagnosticaron casos relacionados al mismo en países como Italia, España y más recientemente en Alemania.

Cabe destacar que aquellas personas con sistemas inmunitarios debilitados son especialmente susceptibles a las infecciones por Cándida Auris, pues si el hongo ingresa al torrente sanguíneo, es posible que provoque una infección comúnmente conocida como septicemia e incluso, si llegará a penetrar en un tejido, podría llegar a la sangre y afectar a todos los órganos del cuerpo.

Encontrándose también entre las enfermedades infecciosas más comunes del mundo, está afectando a más de mil millones de personas cada año, provocando la muerte de por lo menos 1.5 millones debido a complicaciones de la enfermedad.

Su alta resistencia es la mayor preocupación de la comunidad científica, ya que a diferencia de otros patógenos, el Candida auris no desarrolla resistencia debido a la terapia o al uso repetido de antibióticos, lo que dificulta su combate.

Asimismo, el hongo puede sobrevivir en superficies, factor que influye en su rápida propagación, por lo cual, expertos recalcan la importancia de tomar en serio las infecciones fúngicas y mejorar los métodos de diagnóstico y tratamiento para combatir esta enfermedad, la cual podría llegar a convertirse en una amenaza mucho mayor a la salud pública.

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