Cerca de 1,600 millones de personas se quedarían sin agua potable para el año 2030 según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Solo el 81% de la población mundial tendría acceso al vital líquido, por lo que la proyección ha alertado a especialistas del Foro Económico Mundial (WEF) quienes por medio de un estudio buscan cómo llevar el agua potable a las personas más afectadas.
Debido a la pandemia por el Covid-19, el agua potable se ha convertido en un recurso vital y mayormente demandado en términos de higiene y sanitización.
En el mundo, cada 21 segundos muere un niño por enfermedades relacionadas al agua. Los fallecimientos se producen por consumir agua contaminada o por la falta de acceso a una sanitización o higiene adecuadas.
Cada año 443 millones de días escolares se pierden por las enfermedades relacionadas al agua, por lo que resolver el problema es primordial.
Diariamente alrededor del mundo las mujeres pasan cerca de 200 millones de horas recolectando agua. Brindando acceso al agua a las comunidades garantiza que ellas puedan trabajar, ir a la escuela y perpetuar un estilo de vida sustentable.
Entre los factores que acentúan el problema, según los expertos, es el cambio climático y la falta de una infraestructura adecuada para su abastecimiento.
Una de las organizaciones sin fines de lucro que se encarga del tema es Thirst Relief la cual por medio de donaciones se asegura de apoyar a las comunidades con agua potable con diversos programas y proyectos.
Thirst Project es otra asociación destinada a ayudar en la causa y asegura que disponer de agua reduce las muertes relacionadas a la misma en un 21%, mientras que una higiene adecuada las baja un 35%.
En México, cerca del 20% de la población no tiene acceso al agua potable, según la revista Forbes, aludiendo a que, de los 625 mantos acuíferos del país, más de 100 están contaminados con arsénico, especialmente en Sonora y Sinaloa, que son muy importantes para la industria agrícola y minera, por lo que ambas entidades son las que más agua consumen.
Actualmente, el Conacyt creó en el Instituto Politécnico Nacional (IPN) el Laboratorio Nacional del Agua para emprender acciones ante este escenario adverso. Sus propuestas incluyen desarrollar tecnologías para tratamientos de agua y crear sistemas para que el agua no se pierda en el trayecto por fugas. Otro de sus enfoques es usar tecnología para descontaminar los mantos acuíferos.
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