Sociedad

Tijuana western: Tierra de vaqueros

Tijuana fue ranchería desprendida de la misión de San Diego cuya actividad principal fue la ganadera

Fotografía por: Archivo Histórico de Tijuana

Tijuana es tierra de vaqueros. Esto se explica y entiende a través de la historia y las dinámicas sociohistóricas de la región en la que nos insertamos. Debemos entendernos dentro de una historia de larga duración del contexto macro, norteño, derivado del régimen de misión, a través del cual el noroeste de México y buena parte de sus Nortes, que alguna vez alcanzaron el Oregón, colindante con la actual bahía de Vancouver, Canadá, reducidos a favor de España y la Cristiandad a partir de la presencia jesuita en 1590 en Culiacán, alcanzando la península de Baja California a partir de 1697 con la fundación de Nuestra Señora de Loreto de Conchó.

Para el sostenimiento del régimen jesuítico, se introdujo la agricultura de subsistencia, que efectivamente, fue la que se pudo desarrollar. La geografía y clima de la Baja California no permitieron su desarrollo a gran escala, ya que, en esencia, la península es desértica. Así, un mejor desarrollo, para la supervivencia de las misiones, se encontró en la ganadería extensiva, la cual pasó a ser el modo de vida de la sociedad desprendida de ellas especialmente hacia la secularización de su proceso de secularización, iniciado con el reformismo borbónico del Siglo XVIII, el cual encontró culminación hacia la primera mitad del siglo XIX.

Al secularizar las misiones jesuitas, eventualmente franciscanas y dominicas, ya en el México independiente, la tierra alguna vez administrada por los misioneros pasó a manos de soldados de presidio. Fue usada para pagar servicios y salarios caídos. Así, nacieron ranchos y rancheros, quienes ocuparon sus tierras en la actividad que desde hacía un siglo venían practicado, aquella que entendemos en el contexto del rodeo tradicional, vaquería y vaqueridad, productos de la ganadería.

Tijuana, no es excepción. Fue ranchería y, por lo anterior dicho, rancho, desprendido de la misión de San Diego, cuya actividad principal fue justo ésa, la ganadera. La tierra, incluso, se dividía bajo su lógica, en sitios de ganado mayor. Las primeras imágenes hechas y tomadas de estos horizontes, dan cuenta de ello.

Sin embargo, por cuestiones comerciales y disputa identitaria, narrativas e imaginarios, se le afincaron aquellas desprendidas de la leyenda negra. Los estadounidenses no podían dar lugar a que la estética e imagen de este lado de la frontera fuera aquella del Far and Wild West. En cambio, forzaron la del Old and Romantic Mexico, que pronto derivó en las que evocan los excesos del impacto de las prohibiciones de la época.

No, la imagen del western y del cowboy no es, en su origen, angloamericana. Es mexicana, de origen Novohispana. Desde la era virreinal se expandió la ganadería a las tierras que perdimos en la Guerra de 1848 frente a ellos. Se encontraron con sus dinámicas, las resignificaron, las reapropiaron para sí y las convirtieron en parte de la épica para describir al pionero o frontiersman que se aventuró a poblar las tierras recién adquiridas a costa de nuestro país, aunque también de las naciones apaches. De ahí la evolución del discurso e imagen al cual, históricamente, nos adscribimos, pero tenemos deuda por escudriñar, comprender y explicar. Por lo pronto, aquí algunas imágenes emanadas de los acervos del Archivo Histórico, de la colección identificada bajo el nombre de Joel García, que nos permite decir todo lo que hoy compartimos contigo.

A Tijuana se llegaba a caballo, en carreta o en calesa tirada también por ellos. Los conductores debían conocer los caminos que traían a la gente:

Foto de Fototeca del Archivo Histórico de Tijuana. Colección Joel García. Circa: 1900
Foto de Fototeca del Archivo Histórico de Tijuana. Colección Joel García. Circa: 1900

Sin puentes ni caminos. Había que vadear el Río para poder entrar a Tijuana:

Foto de Fototeca del Archivo Histórico de Tijuana. Colección Joel García. Circa: 1900
Foto de Fototeca del Archivo Histórico de Tijuana. Colección Joel García. Circa: 1900

Si no decimos que es el Río Tijuana, cualquiera puede pensar que se trata de una foto en cualquier parte del Wild West:

Foto de Fototeca del Archivo Histórico de Tijuana. Colección Joel García. Circa: 1900
Foto de Fototeca del Archivo Histórico de Tijuana. Colección Joel García. Circa: 1900

La caravana sugiere las ansias por venir a Tijuana, poblado que podemos apreciar al otro lado del Río. Cualquiera pensaría que se trata de la típica imagen hollywoodense del frontiersman en su carrera por un pedazo de tierra en el oeste:

Foto de Fototeca del Archivo Histórico de Tijuana. Colección Joel García. Circa: 1900
Foto de Fototeca del Archivo Histórico de Tijuana. Colección Joel García. Circa: 1900

El traslado a Tijuana equivalía a las travesías que el cine de cowboys se ha encargado de difundir para asegurar la construcción del imaginario de aventura y wild frontier. Sin embargo, no es exclusivo de Estados Unidos. La imagen es común a Tijuana, la frontera y los Nortes de México:

Foto de Fototeca del Archivo Histórico de Tijuana. Colección Joel García. Circa: 1900
Foto de Fototeca del Archivo Histórico de Tijuana. Colección Joel García. Circa: 1900

El oeste se movió y se hizo a caballo antes que la locomotora y el automóvil. Se transportaban turistas, migrantes y mercaderías a través de caminos inciertos e inseguros. Por ello el halo de aventura y épica del western. La imagen sugiere un transporte de la época, del Mountain Spring Hotel, pero la imagen fue tomada en los rumbos de Tijuana y sus fronteras:

Foto de Fototeca del Archivo Histórico de Tijuana. Colección Joel García. Circa: 1900
Foto de Fototeca del Archivo Histórico de Tijuana. Colección Joel García. Circa: 1900

La entrada y salida a Tijuana se hacía, también, a través de la costa. Sin embargo, bajar al pueblo, desde ese punto, antes de los caminos que hoy tenemos, no era tarea fácil. Se aprovechaba para trasladarse, además, a Rosarito y Ensenada:

Foto de Fototeca del Archivo Histórico de Tijuana. Colección Joel García. Circa: 1900
Foto de Fototeca del Archivo Histórico de Tijuana. Colección Joel García. Circa: 1900

Tijuana western, tierra de vaqueros. La imagen dice mucho. En ella, el estereotípico cowboy dominando el cuadro. Sin embargo, no es un asunto provocado por el turismo. Los vaqueros en los Nortes de México tienen presencia desde la era virreinal. Se desarrollaron a la par de la ganadería. En Baja California, esta se asentó e institucionalizó a través de las misiones. Tijuana fue ranchería de la Misión de San Diego. Así, nada de esto fue ajeno. El tema representa, también, uno de disputa por narrativas, imágenes e imaginarios:

Foto de Fototeca del Archivo Histórico de Tijuana. Colección Joel García. Circa: 1900
Foto de Fototeca del Archivo Histórico de Tijuana. Colección Joel García. Circa: 1900

Lo obvio. En la imagen, ruinas de adobe de algún edificio de la Tijuana de finales del Siglo XIX y principios del XX. Esto comprueba que la estética del western es mexicana, pero reapropiada y resignificada por Estados Unidos como resultado de la Guerra entre México y Estados Unidos:

Foto de Fototeca del Archivo Histórico de Tijuana. Colección Joel García. Circa: 1900
Foto de Fototeca del Archivo Histórico de Tijuana. Colección Joel García. Circa: 1900

Bien podríamos hacer pasar la imagen como representación de cualquier pueblo de cowboys del wild and far west, del cual sí, formamos parte. Pero es Tijuana, lo que hoy conocemos como el Callejón Z. Ahí la historia para dar cuenta de todo ello:

Foto de Fototeca del Archivo Histórico de Tijuana. Colección Joel García. Circa: 1900
Foto de Fototeca del Archivo Histórico de Tijuana. Colección Joel García. Circa: 1900

Madera y polvo. Parte de la estética del wild west y de Tijuana antes de la proliferación de su imagen de leyenda negra:

Foto de Fototeca del Archivo Histórico de Tijuana. Colección Joel García. Circa: 1900
Foto de Fototeca del Archivo Histórico de Tijuana. Colección Joel García. Circa: 1900

A Tijuana todos llegaban a carreta y caballos:

Foto de Fototeca del Archivo Histórico de Tijuana. Colección Joel García. Circa: 1900
Foto de Fototeca del Archivo Histórico de Tijuana. Colección Joel García. Circa: 1900

El saloon del western domina la escena. Y se llama Tijuana:

Foto de Fototeca del Archivo Histórico de Tijuana. Colección Joel García. Circa: 1900
Foto de Fototeca del Archivo Histórico de Tijuana. Colección Joel García. Circa: 1900

The Big Curios Store todavía bajo el nombre de Don Jorge Ibz. En ese lugar se construyó y difundió, desde los curios y las tarjetas postales, la imagen que, a la larga, predominó sobre Tijuana, de leyenda negra. Sin embargo, antes está la del western, wild west, romantic Old Mexico. Antes, Tijuana fue tierra de vaqueros:

Foto de Fototeca del Archivo Histórico de Tijuana. Colección Joel García. Circa: 1900
Foto de Fototeca del Archivo Histórico de Tijuana. Colección Joel García. Circa: 1900

El furor por conocer Tijuana fue notable desde el nacimiento de la tecnología de la fotografía y del turismo. El visitante venía a Tijuana buscando la imagen del México charro y campirano. Encontraban lo mismo que de su lado de la frontera. Por eso se le inventó al burrocebra y demás elementos para poder decir que conocieron un lugar distinto y exótico:

Foto de Fototeca del Archivo Histórico de Tijuana. Colección Joel García. Circa: 1900
Foto de Fototeca del Archivo Histórico de Tijuana. Colección Joel García. Circa: 1900

La proliferación del turismo, el empleo del automóvil y la apertura final gracias al ferrocarril y, eventualmente, el impacto de la Prohibición, llevaron a Tijuana a inventar una imagen acorde a las demandas de los visitantes. Se exotizó al poblado y a la frontera como un lugar tendiente a la descalificación y estigmatización. Sin embargo, hemos sido espejo de los procesos históricos regionales, más allá de cualquier etiqueta historiográfica:

Foto de Fototeca del Archivo Histórico de Tijuana. Colección Joel García. Circa: 1900
Foto de Fototeca del Archivo Histórico de Tijuana. Colección Joel García. Circa: 1900

Dr. Josué Beltrán Cortez
Historiador
Coordinador del Archivo Histórico de Tijuana-IMAC
Profesor de asignatura de la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales, UABC


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