El Departamento de Seguridad Nacional (DHS, en ingles) publicó en 2020 una nueva norma en la que se requeriría de la recopilación y uso de datos biométricos de extranjeros o cualquier solicitante, peticionario, patrocinador, beneficiario y otra persona que solicite o esté asociado con cualquier beneficio o solicitud de inmigración o naturalización.

El argumento que utilizaban para la recolección de ADN es que serviría para probar la existencia de parentesco entre los adultos y personas que reclaman ser padres o hijos de personas detenidas en la frontera. La polémica que existió alrededor de esta regulación, fue que se pediría un registro completo: escaneos oculares, impresiones de voz y huellas dactilares, sin importar la edad de los extranjeros o ciudadanos.

Esta propuesta fue hecha por el entonces presidente Donald Trump. Sin embargo, con el nuevo gobierno de Biden, el DHS dio a conocer que se retirará esta regla. De acuerdo con la organización: “El retiro es consistente con la Orden Ejecutiva 14012, Restaurando la Fe en Nuestros Sistemas de Inmigración Legal y Fortaleciendo los Esfuerzos de Integración e Inclusión para los Nuevos Americanos”.

Eso sí, el Departamento de Seguridad Nacional seguirá exigiendo éstos cuando sea correspondiente, pues de acuerdo con ellos están comprometidos a la seguridad nacional, la gestión de la identidad y la prevención de fraudes.

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