Coronavirus

Estudio plantea que COVID-19 podría propagarse por el aire

Se insta a dar mayor atención a la ventilación de los lugares

Fotografía por: Tumisu en Pixabay

Esta semana, The Lancet, revista médica británica, publicó un artículo en el que seis expertos de Reino Unido, Estados Unidos y Canadá plantean que el COVID-19 podría propagarse por el aire.

En el artículo comenta que si un virus infeccioso se propaga predominantemente a través de gotas respiratorias que caen rápidamente, las medidas de control clave son reducir el contacto directo, limpiar superficies, barreras físicas, distanciamiento físico, uso de máscaras dentro de la distancia de las gotas, higiene respiratoria y uso de protección de alto grado solo para los denominados procedimientos sanitarios que generan aerosoles.

En cambio, si un virus infeccioso se transmite principalmente por el aire, una persona podría potencialmente infectarse cuando inhala los aerosoles (partículas más pequeñas que las gotas que expulsamos por la boca o la nariz) que se producen cuando una persona infectada exhala, habla, grita, canta, estornuda o tose. Reducir la transmisión de virus por el aire requiere medidas para evitar la inhalación de aerosoles infecciosos, incluida la ventilación y la filtración de aire.

La transmisión aérea de virus respiratorios es difícil de demostrar directamente, por lo tanto, los hallazgos mixtos de estudios que buscan detectar patógenos viables en el aire no son motivos suficientes para concluir que un patógeno no se transmite por el aire.

Estas son 10 corrientes de evidencia que apoyan colectivamente la hipótesis de que el SARS-CoV-2 se transmite principalmente por vía aérea.

Eventos de superpropagación. Tales eventos pueden ser los principales impulsores de la pandemia. Los análisis detallados de los comportamientos e interacciones humanas, el tamaño de las habitaciones, la ventilación y otras variables en diferentes entornos, han mostrado patrones, por ejemplo, transmisión a largo plazo y sobredispersión del número de reproducción básico, por lo cual sería imposible explicar la propagación por las gotitas.

Transmisión de largo alcance. Ha habido casos en los que personas en habitaciones adyacentes, que nunca compartieron un espacio o estuvieron en contacto, se contagiaron de Covid-19 en hoteles de cuarentena.

Asintomáticos. Es probable que la transmisión asintomática o presintomática del SARS-CoV-2 de personas que no tosen o estornudan represente un tercio, y quizás hasta el 59%, de toda la transmisión a nivel mundial”, señalan, entendiendo que hablar produce “miles de partículas de aerosol” y pocas gotas como las de la tos o el estornudo.

Transmisión en interiores. La transmisión del virus es mayor en interiores que en exteriores y se reduce sustancialmente por la ventilación interior. Ambas observaciones apoyan una ruta de transmisión predominantemente aérea.

El virus entre los sanitarios. Se han documentado infecciones en organizaciones de atención de la salud, donde se tomaron precauciones estrictas contra el contacto, las gotas y el uso de equipo de protección personal diseñado para proteger contra la exposición a las gotas, pero no a los aerosoles.

Experimentos de laboratorio. Algunos estudios han detectado el virus en su estado infeccioso flotando en el aire durante hasta tres horas. Otros lo han encontrado en muestras de aire de habitaciones hospitalarias ocupadas por pacientes con COVID. Ello, pese a que el muestreo de virus en el aire es un desafío técnico, razón por la que otros experimentos no han logrado capturarlo.

Conductos de hospitales. Se ha identificado el virus en filtros de aire y conductos de edificios en hospitales con pacientes con COVID-19; tales lugares sólo pueden ser alcanzados por aerosoles.

Estudios con animales. Los estudios en los que participaron animales enjaulados infectados que fueron conectados con animales no infectados enjaulados a través de un conducto de aire, han demostrado que la transmisión del coronavirus solo puede explicarse adecuadamente mediante aerosoles.

Sin refutaciones sólidas. Según los científicos, ningún estudio ha proporcionado pruebas sólidas o consistentes para refutar la hipótesis de la transmisión aérea del SARS-CoV-2.

Poca evidencia de otras vías. Por lo demás, estos expertos coinciden en que hay evidencia limitada para apoyar otras vías de transmisión dominantes como las gotas respiratorias.

El artículo menciona que es un error científico utilizar la falta de evidencia directa del SARS-CoV-2 en algunas muestras de aire para poner en duda la transmisión. Ya que existe evidencia sólida y consistente de que el SARS-CoV-2 se propaga por transmisión aérea. Aunque otras rutas pueden contribuir, los científicos creen que es probable que la ruta aérea sea la dominante.


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