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MURO DEPORTIVO: A Catar le falta, pero “ahí la lleva”

Tras la elección del país como sede del mundial de 2022 las críticas no han parado de llegar.

Finalizó la Copa Mundial de Clubes de la FIFA, que en su edición 2019 fue llevada al Medio Este como parte de los preparativos rumbo a la copa del mundo de naciones de 2022. Y mientras los aficionados pudieron probar un poco de lo que ofrecerá el país en menos de tres años, pudimos constatar que a Catar le falta, pero “ahí la lleva”.

Tras la elección del país como sede del mundial de 2022 las críticas no han parado de llegar. Al ser una nación musulmana y con tradiciones muy enraizadas, Catar ha sido severamente malmirado por muchos como el lugar equivocado para realizar un evento de talla internacional. No solo por el pequeño tamaño del país (Catar es 35 veces más pequeño que el estado de California), sino por las restricciones de alcohol, consumo prohibido de puerco, los derechos de las mujeres, y el trato de los trabajadores extranjeros que se encuentran construyendo los estadios.

Pero el pueblo catarí quiere dar una buena imagen ante el mundo, y tras el reporte de Amnistía Internacional que ponía a la nación del Medio Oriente como un infierno para los trabajadores, la nación buscó cambiar y eliminó reglas inhumanas, por lo que ahora los trabajadores no tienen que entregar su pasaporte al gobierno o sus jefes para poder estar en el país laborando y son libres de regresar a sus hogares cuando ellos lo consideren, sin tener que pedir permiso para salir de esta nación.

Las mujeres que vinieron al Mundial de Clubes también pudieron constatar que mientras se respeten los lugares sagrados de cada ciudad, ellas pueden vestir de la misma manera que lo harían en sus países de origen, siempre y cuando guarden cierta modestia para que su vestimenta no choque con las creencias religiosas de los locales. Shorts y vestidos cortos son bienvenidos, incluso escotes, pero nada que raye en lo vulgar.

Por otro lado, está prohibido ingresar alcohol y alimentos derivados del cerdo al país, pero en las zonas de fans, hoteles y ciertos bares, se puede disfrutar de una cerveza o un buen tequila por precios equivalentes a una “cheve” en los Estados Unidos. Eso sí, olvídense de las carnitas, chicharrones o cualquier otra cosa derivada del puerco, pero eso solo es un buen pretexto para probar la rica comida tradicional catarí.

La infraestructura sigue creciendo; se echaron a andar las tres líneas de metro en Doha, esperando conectar también pronto a las ciudades aledañas. Hay mucho tráfico debido a la constante construcción de hoteles, oficinas y

Dentro de tres años por estas fechas, estaremos presentes en el partido final de la Copa del Mundo. El país anfitrión le habrá dado la bienvenida al planeta entero y los estereotipos del Medio Este seguramente se habrán aclarado y cambiado por historias de amistad y camaradería como en ediciones anteriores.

Hay todavía mucho qué hacer, muchos detalles que mejorar, muchas concesiones qué dar para que los visitantes se sientan bienvenidos, ya que a menos de tres años a Catar le falta, pero “ahí la lleva” y la lleva muy bien.

Manuel R. Medina es un periodista deportivo que por más de diecisiete años ha cubierto las competencias más importantes del mundo. Su trabajo lo ha llevado a tres copas del mundo, en Sudáfrica 2010, Brasil 2014 y Rusia 2018; Copa América Chile 2015, Copas Oro, Juegos Olímpicos Río 2016, la Copa Confederaciones Rusia 2017 y el Mundial de Clubes en Emiratos Árabes Unidos 2018, además de numerosos viajes para dar a conocer la información deportiva de primera mano. Actualmente se encuentra cubriendo el Mundial de Clubes Catar 2019, además de viendo todos los preparativos de la Copa del Mundo de 2022 antes que otros. Puedes seguirlo en Twitter en @manuelmedina, y en Instagram y Facebook como @soymanuelmedina

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