A tan sólo 30 kilómetros de la ciudad de Ensenada y a menos de dos horas de Tijuana se encuentra el Valle de Guadalupe, uno de los destinos más deseados para amantes del vino, la comida gourmet y los paisajes espectaculares.
Ciertamente encontrarás muchas razones para conocer este punto especial del mapa mexicano.
Un día no es suficiente para conocer todas las maravillas que ofrece y para garantizar una mejor experiencia, por ese motivo te presentamos una lista sobre lo que debes saber antes de poner pie en el valle:
¿Cómo llegar y cuándo ir?
La mejor forma de llegar a este increíble lugar es rentando un auto en el Aeropuerto Internacional de Tijuana y manejar por la carretera Transpeninsular hacia el sur, a orilla del océano Pacífico. Puedes pasar a desayunar una langosta en Puerto Nuevo.
El Valle de Guadalupe tiene un clima mediterráneo y se encuentra en una zona rocosa montañosa, aspectos que lo hacen el lugar perfecto para las actividades vitivinícolas, por lo que logran en conjunto la producción de 90 % de vinos mexicanos con más de 10 mil hectáreas de cultivo.
Entre casas vinícolas, hoteles boutique, arte rupestre, casas de cerveza artesanal y restaurantes de talla mundial se encuentra este increíble lugar. Existen más de 100 casas vinícolas, y después de pasar por este increíble sitio, un visitante se puede dar cuenta de que un viaje no es suficiente y querrá regresar cada año a descubrir más lugares.
Cualquier mes es bueno para visitar el Valle de Guadalupe, sólo toma en cuenta que las temperaturas oscilan entre los 40 ºC y los -5º la mínima, todo depende de la temporada del año. Los veranos son muy calurosos y secos. La brisa refrescante caracteriza esta zona, por lo que es más recomendable visitarlo en la temporada de otoño.
En agosto se celebran las fiestas de la vendimia, donde vinicultores y campesinos inician el proceso de la recolección o cosecha de uvas. Por más de 20 días las casas vinícolas se unen para hacer catas, degustaciones, conciertos, cenas de gala, fiestas y concurso de paellas.
¿Qué lugares visitar?
Se recomienda visitar casas vinícolas grandes, como: L.A CETTO, El Cielo, Decantos, Las Nubes, Santo Tomás o Monte Xanic.
Sin embargo, es importante no despreciar lo que casas vinícolas pequeñas como Las Ánimas, Emevé, Bodegas F. Rubio, Quinta Monasterio y La Carrodilla tienen para ofrecer. La ventaja de las pequeñas es que puedes interactuar con los dueños de las casas vinícolas y tener una experiencia más completa.
Es importante hacer reservación anticipada en algunos restaurantes, sea para una mesa o para cata, pues la mayoría cuenta con pocas para mantener su alta calidad en el servicio y en cada uno de los platillos que preparan, en los que cuidan hasta el mínimo detalle.
¿Dónde comer?
Sin lugar a duda, uno de los mejores lugares para almorzar en el Valle de Guadalupe es La Cocina de Doña Estela, donde podrás pedir desde borrego tatemado hasta machaca con huevo.
Otro lugar muy concurrido es Finca Altozano, aunque la lista de espera suele ser de una hora. Sin embargo, vale la pena probar su delicioso pulpo a las brasas u otro de sus exquisitos asados.
Uno muy similar es Deckmans. Si buscas un lugar más íntimo y especial, reserva en Laja, Corazón de Tierra, Fauna o Malva. En sí, la gastronomía de la zona es muy rica y hace que todos los restaurantes sean muy buenos y especiales.
¿Dónde hospedarte?
En cuanto a sitios para pasar la noche y relajarte mientras disfrutas de las bondades del paisaje, hay para todos los gustos; desde hoteles boutique, bed and breakfast hasta glamping. El Hotel Entre Viñedos, por ejemplo, puede ser muy buena opción para hospedarte en el mismo valle. Su restaurante, Fuego Cocina del Valle, tiene un concepto del huerto a la mesa, su cocina es local, campestre y de temporada.
Las cabañas o glamping de Cuatro Cuartos (uno de los mejores puntos para ver el atardecer) y Campera también son excelentes opciones. Sólo procura reservar con un mes de anticipación, pues tienen una alta demanda.
¿Cómo moverse?
Tomando en cuenta el punto anterior, es mucho mejor que te hospedes en el mismo valle. De esta forma disfrutarás plenamente de las catas y cenas. También eso te permite disfrutar del recién implementado UberValle. Con ello moverte de un lado a otro no representará problema alguno.
Eso sí, la mayoría de los caminos son de terracería y no hay señal en muchos de ellos, así que toma esto en cuenta para que tomes tus precauciones en cuanto a vestimenta, calzado y herramientas de ubicación.
Bonus: ¿qué sería bueno tener presente antes de ir?
No está de más leer un poco sobre historia, identidad, industria y arte del vino. Uno de los lugares que tienes que visitar antes de adentrarte en la aventura de los vinos es el Museo del Vino y la Vid, ubicado en el mismo valle.
De esta forma entenderás y disfrutarás más de una cata o un maridaje. Si eres amante de los vinos y el buen comer, sin duda es un lugar que hará de tus próximas vacaciones una experiencia más que satisfactoria.
Recuerda que un viaje no bastará para tu primera visita y hay viñedos de sobra por recorrer.
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