Moda

Errores de belleza que están dañando tu piel

Que este año uno de tus propósitos sea cuidar tu piel

Fotografía por: Pixabay

Una de las promesas que más solemos hacernos es la de cuidar nuestra piel a fondo, sobre todo cuando la vemos irritada, con acné o, en general, más estropeada de lo habitual.

Pero casualmente, siempre termina siendo la más olvidada: nos vamos a la cama sin desmaquillar, se nos olvida hidratar la piel. Eso solo es el principio, porque la verdad es que no dejamos de cometer errores con ella a diario, provocando que se deshidrate, se debilite, seque, entre otras muchas cosas.

Cierto es que estos fallos muchas veces los cometemos por mero despiste o sin darnos cuenta, por eso, he aquí una lista de los errores, no siempre tan comunes, por los que hacemos pasar a la piel.

Pensar que no necesitas crema antiedad
Por no hablar de que uno de los errores más comunes que cometemos con nuestra piel es el de olvidar usar crema hidratante antes del maquillaje o después de limpiar la piel por la noche porque "no nos da la vida", se nos olvida o nos da pereza la sensación pegajosa que dejan algunas.

Es necesario aplicar crema hidratante para prevenir el envejecimiento prematuro desde que somos adolescentes, pero desde, aproximadamente, los 25 años se vuelve esencial emplear cremas que luchen directamente contra los signos de la edad, aunque todavía no hayan aparecido.

No exfoliar la piel al menos una vez a la semana
No, no basta con mantener una rutina de limpieza diaria o lograr que no se nos olvide desmaquillarnos haciéndolo nada más llegar a casa, porque, aunque limpiemos la piel día a día, en ella siguen acumulándose suciedad y células muertas de las que solo conseguiremos deshacernos con una limpieza exhaustiva como mínimo una vez por semana.

De olvidarlo o retrasarlo en exceso es probable que aparezcan brillos por la grasa propia de la dermis y acné más severo, ya que esta suciedad y células muertas no dejan que la piel respire correctamente y se desintoxique, lo que además provoca que no se pueda regenerar correctamente o se oxigene, ya que se crea una especie de barrera, y aparezcan también descamación, irritación y, más a largo plazo, arrugas de forma prematura.

Exfoliar la piel en exceso
Tan malo es no exfoliar la piel como hacerlo demasiado. Cuando nos excedemos en la exfoliación, es decir, más de una vez por semana en pieles sensibles o secas, más de una cada quince días para las pieles finas y más de dos a la semana en el caso de las grasas, se puede terminar destruyendo la capa superficial de la piel, que la protege de los rayos del sol y de los diferentes agentes externos que la dañan. Eso sin contar que irrita la piel, provoca alergias y hace que aparezcan heridas.

No usar protector solar
No nos referimos a cuando llegan las vacaciones en verano y nuestra máxima preocupación es tumbarnos a tomar el sol. Para ese preciso momento se da por supuesto que minutos antes nos hemos embadurnado bien con protector. Pero protegernos del sol es necesario desde el momento en el que pisamos la calle, y es que este está siempre presente, Por eso también es fundamental que nos protejamos de él en invierno, por muy gris o lleno de nubes que esté el cielo.

No cambiar lo suficiente de sábanas y toallas
En nuestras fundas de almohada y toallas es donde más sustancias se acumulan, que pueden ocasionar estragos en la salud de nuestra piel.

Sobre la almohada nuestro rostro pasa apoyado las horas en las que la piel está más activa, regenerándose y desintoxicándose, y en las toallas quedan los restos de suciedad que no se han ido por el desagüe al aclarar el rostro, con lo que las bacterias quedan en estos objetos del menaje de forma perenne provocando acné. Por eso, es fundamental que no usemos las mismas toallas y sábanas más de una semana.

Vía ELLE

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