Cine

CRÍTICA: Vimos “Mother!”, y desde entonces, ya nada es igual

Seguimos procesando la inquietante idea central de la película

Fotografía por: Mother Película

Emoción tras emoción, todo al límite. Intentas justificar una escena y de pronto la siguiente te deja aún más desconcertado, así es Mother!, la película dirigida por Darren Aronofsky quien tiene divididos a sus espectadores.

“Un fiasco, un churro, horrible, excelente, magnifica, perturbadora” son solo algunos adjetivos con los que se ha calificado, demostrando que a esta película, la amas o la odias.

Un cúmulo de sensaciones que te deja con la constante pregunta ¿Por qué sucede esto? para finalizar con un ¡Qué diablos acabo de ver! Tomas tiempo, procesas y no concluyes qué pasó.

Nunca sabes cuándo es realidad y cuando te has perdido, crees ver una historia de una pareja; un escritor con problemas de inspiración interpretado por Javier Bardem y una mujer, “madre”, por la pareja sentimental del director, la actriz Jennifer Lawrence, además de la actuación imperdible y acida de Michelle Pfeiffer ¿Dónde estuvo todo este tiempo?

Una casa, una reconstrucción, una historia de amor, nada fuera de lo normal, de pronto, invitados inesperados, un embarazo, más “invitados”, y todo, todo pierde el rumbo.

Aronofsky nos da muestra una vez más que por medio de esta película nos puede sumergir en la oscuridad, llevándonos por complejos espacios que rozan la psique humana.

Y sí ya la viste y quedaste perplejo con el desarrollo y final, tranquilo, no has sido el único, su contrastante reacción por parte de los críticos ha destacado desde su presentación.

El director ha comentado que esta ha sido la entrega que menos trabajo le ha costado desarrollar ¿Su inspiración? La rabia misma, al menos así lo comentó en algunos medios.

Rabia, un sentimiento que se desprende de ver cómo hemos estado devastando la humanidad a la “madre tierra”, a nuestro planeta, porque no sabemos si lo relacionaste, pero “Mother!” es la la idea representada en la película de nuestro planeta.

Todo se relaciona con todo y a la vez con nada, cada movimiento, cada escena es tan burda como compleja, llena de violencia, velocidad, en la que seguramente quieres decir ¡Basta! Pero esto no sucede, siempre hay algo más.

En esta ocasión la arriesgada película del director queda a decisión del espectador, al menos así lo ha dejado claro desde distintas publicaciones después de las contradictorias opiniones de los críticos.

¿Hay que verla? ¡Claro que sí! Hay que admirarla, disfrutarla sin pretensiones, dejarse llevar por la macabra idea de la rabia con la que estamos tratando a nuestra “madre” naturaleza.

Madre que intenta repararse desde su interior día con día, dando todo a sus hijos, sacrificando incluso a los suyos, donde somos los protagonistas del daño que le causamos, la violencia con que la despojamos y el poco respeto que le tenemos.

Fin, el silencio se tragó la sala de cine, todos salen pensantes, en nuestro caso, tomó tiempo reaccionar ¿Mala? ¿Buena? Dependerá

El sabor de lo inquietante continúa…

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